Proyecto de ley plantea generar un sistema nacional de certificación de productos orgánicos

El proyecto propone establecer el origen de los productos orgánicos para que el Estado priorice su compra en otros alimentos. La diputada del Partido Nacional por el departamento de Lavalleja, Alexandra Inzaurralde, explicó las vertientes de esta propuesta. "Desde el punto de vista del productor, es una herramienta del mercado y es un valor agregado para la producción. Desde el consumidor, es la garantía de lo que está consumiendo".

Propuesta en el proyecto de ley

Lo que buscamos es formalizar y dar orden a un proceso que viene desarrollándose hace años y hay productores que se han interesado en la producción orgánica, pero requiere ir formalizándolo. En el 2001 se intentó poner el foco en este tema, pero no se logró el objetivo previsto por el legislador en el momento. No puede existir el sistema si no están las partes de ese sistema. Esas entidades deben estar inscriptas y con inscripción vigente en el MGAP. Si no están las entidades con esas características, no se puede certificar para poder conferir la trazabilidad que el consumidor necesita.

Desde el punto de vista del productor, es una herramienta del mercado y es un valor agregado para la producción. Desde el consumidor, es la garantía de lo que está consumiendo. La certificación es dar concepto a lo científico biológico y separarlo de otras terminologías como la agroecología que va por otro conducto. Acá el concepto es aséptico de otras terminaciones que no sean las técnicas. La mirada se vuelca hacia el MGAP que es quien tiene que definir qué es orgánico y qué no. Hay otra condición que es la reserva en el uso del nombre. Cuando se usa “orgánico” debe haber una certificación vigente abalada por el MGAP sino se desvirtúa un concepto y se genera confusión en el consumidor y competencia desleal.  Aquellos productores que desean sumarse, el cuello de botella es la salida de su producción. Nosotros no innovamos, sino que pudimos advertir normativas vigentes para una salida. Para nosotros es acortar la certificación a lo estrictamente orgánico, conferirle al MGAP esa autoría y que esas producciones estén en el ministerio, generar procesos de transición, la reserva del uso del nombre y ele estímulo a los productores que deseen sumarse a este proceso que le agregaría valor a su producción.

Los productos orgánicos no son commodities. Es un producto especial y el productor orgánico es formador de precios y no tomador. Genera mano de obra porque hay mayor trabajo manual. Se traen y se toman herramientas legales que existen para aplicarlas a la producción orgánica y su certificación. Si en esas organizaciones habilitados existe producción orgánica certificada, que tenga prioridad al momento de poder vender. Indagando encontramos que hay una ley de estímulo a la producción nacional y no se reglamentó para el productor agropecuario familiar. Es fundamental. Si no hay fiscalización es muy difícil que se puedan llevar adelante los objetivos. El Poder Ejecutivo necesita brazos que le permitan llegar a todo el territorio nacional y acá las intendencias pueden jugar un rol clave. La certificación es garantía también para el consumidor de cómo fue producido ese producto y sobre todo que esa entidad que certificó está inscripta de manera vigente en el MGAP.


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