Sindicato policial insiste con la precaria situación de los policías en las cárceles: "No tenemos personal para cuidar a los presos y menos para hacer las requisas"

"El debe del Ministerio del Interior es escuchar más a sus trabajadores", señalan.

Esta semana –y en lo que va del año– fueron asesinados dos policías. El miércoles, Javier Francisco Di María fue baleado por un hombre que le disparó mientras sacaba del garaje su auto en La Blanqueada. El lunes, John Patrick Fontes fue asesinado de un disparo para robarle la bicicleta.

Ante estos crímenes, los sindicatos policiales se reunieron para definir medidas y dejar, una vez más, planteados sus reclamos.

Abordamos el tema junto a Óscar Semino, delegado de cárceles del Sindicato de Funcionarios Policiales (Sifpom), y la presidenta del sindicato, Patricia Rodríguez.

Patricia Rodríguez

Nos reunimos en nuestra sede sindical con todos los sindicatos policiales y con más de 15 agrupaciones asociadas a la inseguridad que nos brindaron su apoyo. Tenemos que decir basta. No podemos naturalizar la muerte de un compañero.

El miércoles que viene haremos una concentración en la plaza del Entrevero: estará el sindicato y varias asociaciones.

Hay muchos proyectos que se han presentado por parte del sindicato y no se avanza en esos temas. Se avanza poco.

Tenemos cientos de compañeros viviendo en zonas conflictivas, pero no les podemos dar una alternativa de vivienda.

Nadie nos dice que no, pero dilatan, dilatan y dilatan. Hay pocos argumentos. Hay pocas ganas de escuchar a los trabajadores.

No sé si la gente puede llegar a dimensionar cómo trabajan los policías en las cárceles. Trabajan entre la orina y las fosas sépticas. Al policía no le compete la rehabilitación: no puede ser que lo prive de libertad y luego lo trate de rehabilitar.

Nadie es ajeno en este país a saber en qué condiciones trabajan los policías en las cárceles, el tema es quién hace algo.

El debe del Ministerio del Interior es escuchar más a sus trabajadores. Si del otro lado tenés oídos sordos es difícil que se pueda solucionar algo.

Óscar Semino

Hay compañeros que actúan contra las amenazas y otros no. Cuando hay amenazas físicas, hay denuncias, generalmente. Pero no así cuando hay amenazas verbales.

En las cárceles, en la noche, tenemos dos guardias por módulo: dos guardias para 500 personas.

Se respeta los derechos humanos de los presos, que no respetaron los derechos humanos para entrar ahí adentro, pero no respetan los derechos humanos de los policías.

Esto viene de años, pero años atrás no había ni tantos presos ni tanta violencia. Las guerras de bandas son monstruosas adentro de las cárceles.

No tenemos cómo implementar la obligatoriedad de que vayan a estudiar, a hacer deporte, de que se levanten en hora: tenemos horarios que cumplir y no podemos estar esperándolos. A ellos lo que les duele es que les quieten la visita, así que podríamos tener la posibilidad de sancionarlos por ese lado.

No tenemos personal para cuidarlos y menos para hacer las requisas. Cortes carcelarios pueden hacer con cualquier cosa. Hemos visto drones adentro de las cárceles con los que entran cosas.


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