Además de la respuesta inmediata frente a un hecho delictivo, también se trabaja en el análisis forense del material audiovisual.
¿Qué resultados han tenido las últimas cámaras de videovigilancia instaladas en barrios como Cerro y la Teja? ¿Es posible que el sistema llegue a todos los barrios de la capital?
Desde el Centro de Comando Unificado, abordamos el tema junto a Andrés Romero, integrante del sistema de videovigilancia.
Primero se realiza un análisis georreferenciado del delito y luego se imponen los lugares donde se van a colocar las cámaras.
Se realiza una tarea de forma preventiva y otra ante los hechos delictivos. Tenemos a los visualizadores que trabajan 24-7 con diversas cámaras, pero también tenemos un departamento que se dedica al análisis forense de las imágenes.
Iniciamos con el llamado al 911. Una vez el llamado, tenemos un software que alerta, se avisa a los visualizadores y a los agentes policiales. Se busca una respuesta inmediata. Y después hay hechos más complejos, en los que se trabaja con el análisis forense.
Cada persona tiene una zona indicada para videovigilar. Tenemos un software que trabaja con distintos tipos de analíticas o conductas. El software alerta y en base a eso el visualizador trabaja sobre el hecho.
El papel importante del despachador es que una vez que se obtienen los datos del 911, y se visualizar, hay que transmitirle al móvil qué está sucediendo y a qué se va a enfrentar cuando llegue al lugar.
La videovigilancia está pensada para hechos vinculados a la seguridad pública, por ahora nos enfocamos en eso.
