“La empresa no puede quedar impunemente funcionando y sin tener ninguna sanción”, afirmó César Rodríguez,
Un peón rural de una estancia salteña denunció haber sido brutalmente agredido por un capataz tras reclamar su derecho a trabajar ocho horas y no 12 o 14, como planteó que a veces sucedía.
Abordamos los detalles del caso junto a César Rodríguez, dirigente de la Unión Nacional de Asalariados, Trabajadores Rurales y Afines (Unatra)
Él está bien, está siendo atendido. Ha habido intentos de soborno con una suma importante de dinero por parte de la empresa empleadora.
Denuncias públicas y abiertas es la primera vez, pero hay testimonios en la comunidad de que estos abusos vienen de tiempo atrás, aunque nunca se formalizaron. Al ser una situación de violencia física con fractura, golpes múltiples, detona y emerge todo este seguimiento de una situación muy repudiable, que nos indigna a todos.
El viernes vamos a poder charlar los detalles con él. Hay que entender todo un contexto que hay que es una situación de poder, cuando convivís bajo el mismo techo con alguien que tiene poder económico y también muchas veces político en ese lugar, que terminando creyendo que tiene poder sobre la persona.
Esta familia vive en condiciones deplorables de salud y de alimentación. No son el común denominador, pero es una empresa precapitalista, medieval, que no puede quedar impunemente funcionando como una empresa que participa en el mercado, vende sus productos y no tiene sanción ninguna.
La rutina diaria es trabajar ocho horas, y si hay que terminar una tarea se hace, pero se compensa después o se la paga. El trabajador ya lo tiene incorporado desde hace varios años. Y se respeta cuando la relación es sana. Cuando la relación es enferma, como en este caso, la situación es diferente. Lo que vemos grave es que esto se dé como una práctica que no se debata: esto no se puede permitir bajo ningún concepto.
