Para ser neurocirujano, hay que estudiar muchos años, tener un pulso perfecto y muchísima precisión, trabajar sin parar, practicar cada movimiento y hacer cirugías de horas. Pablo Pereda está convencido de que ninguna de esas cosas es la más difícil del oficio: donde se juega el partido más difícil es en la parte humana.
Vivir, capítulo doce: Superpoder y debilidad
Las Más Vistas
-
Justicia condenó a Yao Cabrera a cuatro años de prisión por el delito de reducción a la servidumbre -
El hombre que abusó de una niña en Aguas Dulces fue invitado a la casa por el padrastro de la... -
Siniestro fatal: iba en moto, frenó para no chocar con un camión que paró por las vías del tren, cayó...