El nivel de conflictividad laboral en el 2023

El 2023 fue uno de los años con mayor conflictividad de las últimas décadas, en el que se realizaron cinco paros generales y 118 conflictos con interrupción de actividades.

Según datos del informe anual de conflictividad laboral que presentó la Universidad Católica, las medidas ocasionaron la pérdida de un millón y medio de jornadas de trabajo.
¿Cuáles son las perspectivas laborales para este 2024?
Lo conversamos con la docente investigadora de la Universidad Católica, Eloísa González.

Se viene una nueva edición de "Un canto a la esperanza"

Nadia Fumeiro estuvo en el Liceo Jubilar, donde conversó con autoridades de la institución que dieron detalles sobre el evento que cuenta con la participación del coro del Sodre. Será el próximo 31 de agosto a las 21 horas en la Universidad Católica.

Investigador sobre los efectos de quitar las papeleras de las plazas: “Encontramos una caída de la cantidad de residuos”

La Intendencia de Montevideo continúa retirando papeleras y contenedores en plazas y parques donde se constató un uso incorrecto y espera llegar a las 300 en 2023, en el marco de la ampliación del plan piloto que comenzó en 2021. La Universidad Católica realizó un estudio en colaboración con la comuna que reveló que el retiro de las papeleras no parece tener efecto sobre las percepciones de los ciudadanos respecto a calidad y mantenimiento de áreas verdes, estado general y limpieza de las plazas. Para hablar sobre los resultados, recibimos a Emiliano Tealde, doctor en Economía y autor del estudio: “Evaluación de impacto del retiro de papeleras en plazas de Montevideo”.

Lo que encontramos fue básicamente que en cuanto a las percepciones no hay cambios sustantivos en cómo la gente percibe la calidad del espacio, de la infraestructura y de las áreas verdes. Por otro lado encontramos una caída de la cantidad de residuos, tanto pequeños como grandes, en las plazas, donde no hay papeleras que es lo más contra intuitivo.

Montelongo: "Cantate una Cristian"

Cristian Castro se anotó en una carrera en una universidad uruguaya. Monte advirtió al cantante en una cosa. ¿En qué carrera se anotaría Monte?

Conflictividad laboral: "Seguramente 2022 sea un año donde verdaderamente aumente"

En el 2021 la conflictividad laboral aumentó un 20,6% respecto al año pasado. Este dato se desprende del último informe de conflictividad laboral, elaborado por la Universidad Católica y presentado esta semana. El texto asegura que este resultado era “previsible”, teniendo en cuenta que en 2020 se dio una suspensión generalizada de actividades a raíz de la pandemia.

De hecho, según Eloísa González, directora del Departamento de Estudios Organizacionales de la Universidad Católica, y en comparación con años anteriores, el índice de conflictividad laboral se ubicó en niveles intermedios hasta noviembre de este año.

¿Qué mide la conflictividad laboral?

Si uno mira solo el numero no dice mucho. Desde el año 95, medimos la conflictividad laboral, y lo que mide concretamente son las jornadas que se pierden de trabajo por un conflicto; por un paro o por una huelga. No incluye otras medidas que no involucren paros. Hay conflictividad por otros temas, pero el índice no las incluye.

Estadísticamente es un numero, que viene con respaldo de la Organización Internacional del Trabajo. En definitiva, es un tasa que se puede comparar en el tiempo. Otra cosa que es importante, es que es un estudio académico, de investigación, por lo que tiene un respaldo teórico conceptual. Desde ese lugar, miramos la conflictividad laboral desde las relaciones laborales. Estas son relaciones entre personas que están negociando, buscando mejores condiciones de trabajo, mejores salarios. Son personas de la sociedad, actores empresariales, sindicales que están intentando buscar soluciones a problemas reales. Conceptualmente, nosotros miramos que esto pasa en distintos contextos: económico, social, político. Cada actor tiene su ideología, se mueve en un escenario que va modificando, por ejemplo, pre o post pandemia.

El aumento del 20,6% y el impacto de la pandemia

Ese 20,6% significa que aumentó en relación al año pasado. Pero el año pasado fue un año atípico, porque hubo una emergencia sanitaria mundial. En Uruguay, tuvimos dos mitades del año muy distintas. En el primer semestre tuvimos la parte mas dura de la emergencia sanitaria, pero en el segundo semestre del 2021 empezamos a repuntar. Desde setiembre decimos que el índice va en ascenso. La gente vuelve a la presencialidad, vuelve a sus trabajos, los trabajadores comienzan a entender que existe más margen para sus demandas y defender sus derechos. Empiezan a mejorar algunos sectores y empiezan a haber medidas, mas paros, y eso hace que hoy nos coloquemos en un 20,6%. Es una conflictividad intermedia, no es alta, pero que va en ascenso. Es probable que en diciembre continúe en ascenso porque ya ha habido un conjunto de paros que no están contabilizados en ese número.

Sin embargo, es importante ver que depende de la calidad del conflicto; qué repercusiones tiene en la sociedad y cómo lo vemos nosotros. Cómo lo vemos en la prensa, qué impactos económicos tiene. Un conflicto es bien diferente a otro y genera diferentes sensaciones. Por eso lo que se ha discutido en los últimos días de la sensación térmica altísima de la conflictividad versus lo que nos da el índice. Este índice tiene la particularidad de medir solo los paros y la cantidad de gente que se adhiere a los paros.

Todo el año (se mide este índice, pero este año se tomó hasta noviembre). De hecho, como se calcula desde 1995 lo que hacemos es calcular tendencias naturales que suceden, por ejemplo, es decir, situaciones sociales que sabemos que disparan el índice. Por ejemplo, todos los segundos años de gobierno. En los segundos años de gobierno ha habido mas conflictividad que ahora. En 2016, por ejemplo, se disparó más que en este momento.

En la ronda de salarios veníamos de una ronda de negociación puente, con pérdida de salario real. Esperábamos que en la ronda quizá aumentara la conflictividad. Si vos mirás la conflictividad por causas que nosotros hacemos, es muy equilibrada. Históricamente la reivindicación salarial es lo que dispara el índice. Paros por reivindicaciones salariales. Hoy estamos terminando una ronda de negociación, 182 subgrupos cerrados, que están terminando. Hay algunos conflictos por este tema, pero pensábamos que iba a haber más. Realmente no se disparó el índice por la negociación salarial, que se explica por carios motivos. La pandemia viene con incertidumbre y miedos vinculado a esto, pero además porque hubo un conjunto alto de acuerdos que siguieron las pautas, lineamientos del Poder Ejecutivo. Incluso hay un 40% que fue por encima de las pautas. Las pautas del Poder Ejecutivo diferenciaban entre sectores muy afectados, menos y más afectados económicamente. Hay un conjunto de convenios que se cerraron por debajo de las pautas y van a tener pérdida de salario real. Hay otros sectores que sí lograron convenir o cerrar acuerdos por encima de las pautas del gobierno.

En este ultimo año la estrategia de los actores ha sido distinta. Creemos que hacia adelante aumente la presencialidad. También es probable que la presencialidad este totalmente retomada y que los trabajadores empiezan de nuevo con las posibilidades de reunirse mas, podríamos pensar que se viene un paro general.

Hay temas de las relaciones laborales que son importantes que quedaron colgados. Hay temas que el gobierno tuvo que posponer para ocuparse por la emergencia sanitaria, pero que son importantes.

La sociedad se va olvidando de lo que eran en el pasado, algunos conflictos. El índice, al ser un numero y al ser objetivo, mide lo mismo siempre. Es cierto que va a aumentar en diciembre, pero también es cierto que en otros momentos hubo muchos más conflictos. Eso se explica viendo lo que está ocurriendo en el pías. Nosotros decimos que el índice es como un electrocardiograma, va subiendo y bajando, y los picos más o menos se explican por las mismas cosas.

El índice vs. la sensación térmica

Es cierto que no hay una correlación directa (entre el discurso político de que hay una ofensiva sindical muy fuerte o descontrolada y los números). Tiene que ver con la sensación el impacto que tiene el la gente algunos conflictos. Hoy es más un sensación térmica que un aumento sustantivo de la conflictividad.

Nosotros creemos que va a aumentar. No me animo a decir que va a aumentar muchísimo o no, pero lo que sí es que no creemos que los niveles bajos de 2020 y 2021 se van a repetir. Seguramente en 2022 sea un año donde verdaderamente la conflictividad aumente.

La conflictividad por rama suele ir modificándose por cuestiones coyunturales. Dentro del conjunto de conflictos hay que ver el impacto que tiene. Por ejemplo, un accidente en la construcción que lamentablemente es frecuente por la cantidad de involucrados, dispara el índice muchísimo. Eso dispara más el índice que tal vez un conflicto chico de un montón de días. Es bueno saberlo para relativizar, y tal vez algunos se habla más que otros y eso da la sensación térmica. Hay que mirarlas de a uno para poder explicar lo que está pasando.

El índice de Confianza del Consumidor aumentó levemente en febrero

Conversamos con la directora del Instituto de Competitividad de la Universidad Católica, Micaela Camacho. Los encuestados revelaron que consideran que mejoró la situación económica personal y la del país. No obstante, la predisposición a comprar bienes durables descendió un poco, moderando una fuerte suba que había registrado en enero.

Si bien continúa por doceavo mes consecutivo en el nivel de moderado pesimismo, está a poco menos de un punto del moderado optimismo, dejando atrás el peor momento de la pandemia, un año atrás. 

Cómo se construye el índice

El índice de confianza es una medida económica que utilizamos desde el 2007. Calculamos la UCU junto con Equipos Consultores. Es cómo vemos qué está sucediendo con el sistema económico y se traduce en decisiones. Es importante saber qué está pasando con respecto a lo que podría pasar el año que viene. El año pasado la manera en la que consumimos cambió radicalmente.

El índice se construye en tres variables. Se hace una encuesta en donde se pregunta por la fortaleza económica del país y qué va a pasar en un año y tres años. También se pregunta por la fortaleza económica personal en relación a un año atrás y un año para adelante. Por último, se pregunta cuál es la predisposición a comprar bienes durables. El balance nos sitúa menos de un punto del 50. El índice va de 0 a 100. El 50 es la neutralidad. Lo que vemos en la última gráfica de la encuesta es un descenso en marzo, fue el descenso más grande del índice en la historia. Luego de a poco se acerca a la neutralidad que son los 50 puntos. Como son muchos años, son descensos pronunciados, pero en realidad son pequeños descensos que se dan un mes tras otro. El único mes que bajó abruptamente fue marzo de 2020. Si vemos fines de 2019 hubo cambio de gobierno y eso genera la percepción de cambio. Luego comenzó el optimismo y la aparición de la pandemia cambió la manera en la que miramos la economía.

Hace tres meses que viene aumentando la confianza económica dependiendo de estos tres pilares. Está  vinculado con las medidas del gobierno y a la gran incertidumbre. Está asociado a que están llegando las vacunas y que vamos saliendo de esta situación. Para nosotros ha sido un hallazgo importante. Es un índice que se hace en todas partes del mundo. Nos permite comparar hábitos de consumo. El último pilar es fundamental porque habla de cómo los consumidores están mirando sus preferencias. Tratamos de entender qué pasa con el sistema económico. Saber qué está pasando con el consumo en Uruguay es fundamental. Todos tuvimos un cambio de vida y el cambio fu radical. La predisposición a la compra de bienes durables es radical. Ha venido aumentando en estos últimos meses. Se ha cortado la posibilidad de gastar en viajes y los uruguayos están tratando de mejorar su hogar y sus condiciones de vida comprando electrodomésticos, autos y cosas del hogar. Son bienes que representan una inversión o un gasto importante. Esta crisis tuvo muchísimo impacto en muchas actividades económicas, pero hubo otras actividades que se vieron con mayor demanda, por ejemplo, la compra de electrodomésticos o cambiar de vivienda. También con lo que tiene que ver con gastar la plata que tengo en el bolsillo con decisiones en el largo plazo.

ICC por departamento

Aquellos que están relacionados con el turismo o donde hay más casos de covid tienen un impacto mayor al momento de preguntarles cómo ven la situación económica del país. Son más reacios a pensar que esta situación se va a revertir rápidamente. Rocha y Río Negro son los extremos. Disponemos un termómetro de cómo ve la población otras variables de la economía. Las variables que se preguntan y analizamos son los ingresos de la familia, la inflación, ahorro, confianza en la moneda y desempleo. Son variables que van bastante relacionadas. En el desempleo los uruguayos están confiados de que el desempleo va a bajar. La expectativa de desempleo venía a la baja en los últimos dos meses. Ahora hay que ver qué pasa en mayo con las nuevas medidas.

La golpiza a un delincuente en Toledo no fue arresto ciudadano y es delito, según el doctor en Derecho Mario Spangenberg

"El arresto se limita a inmovilizar a la persona", explicó Spangenberg, que además es decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica.

Para el doctor en Derecho Penal y decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica, Mario Spangenberg, lo ocurrido en Toledo este domingo no fue un arresto ciudadano sino un delito.

Las personas que detuvieron al delincuente tras el robo no se limitaron a inmovilizarlo y entregarlo a las autoridades, sino que procedieron a hacer justicia por mano propia.

"Quizás pueda haber comenzado como un arresto ciudadano pero es evidente que desbocó hacia cuestiones que en un Estado de Derecho no deberíamos acostumbrarnos, siquiera hacer la vista a un lado".

"El arresto se limita a inmovilizar a la persona. Si luego se la golpea, se la tortura, se la intenta "leccionar" en un sentido de ejercer una justicia por mano propia, de "darle su merecido", desde un punto de vista absolutamente antijurídico, lo que está haciendo el ciudadano ahí es sustituir no solo a la Policía en la detención sino a un eventual juez, que no está facultado para imponer un castigo físico".

"Ahí entramos a un derecho penal común donde se aplica un delito como en cualquier otro caso".

Los uruguayos se mostraron más confiados en febrero para consumir respecto al mes previo

A los consumidores les preocupa igualmente el desempeño de la economía del país y el nivel de desempleo.

La confianza de los consumidores mejoró en febrero respecto a enero pero continúa en la zona de "moderado pesimismo", según el Índice de Confianza de los Consumidores elaborado por SURA y la Universidad Católica.

De acuerdo con el documento, en febrero fue mayor la predisposición de compra de bienes durables, como vehículos y electrodomésticos, siendo este último rubro el de mayor demanda.

Dejando de lado las perspectivas acerca de la economía personal y considerando el desempeño de la actividad económica del país, las expectativas desmejoraron en febrero, registrando los valores más bajos desde mayo de 2016.

En otro orden, mejoraron las perspectivas de los ingresos de las familias y el desempeño de la inflación, mientras empeoraron respecto al desempleo y es mayor la reticencia a realizar depósitos en moneda nacional.

En términos generales, considerando el índice en los primeros dos meses del año, el comportamiento es estable frente a igual periodo de 2017.

Estudio indica que en 2018 se incrementará la conflictividad por las negociaciones salariales

El Instituto de Relaciones Laborales de la Universidad Católica considera en su informe anual que la situación de estancamiento del mercado de trabajo podría mantenerse o empeorar.

El análisis del Instituto de Relaciones Laborales, según publicó El País, prevé que la conflictividad aumente fundamentalmente en el segundo semestre del 2018 debido a que están convocados a negociar salarios casi todos los grupos de trabajo.

Las diferentes posiciones de los actores de la negociación y la rigidez de sus posiciones son las claves para saber cómo resultará el diálogo.

El informe agrega que, con las previsiones de crecimiento de la economía para 2018, lo más probable es que aunque la economía siga expandiéndose y que la tónica de los últimos seis años de estancamiento en los puestos de trabajo, continúe.

Santiago Silva ya desembarcó en el fútbol chileno

El goleador uruguayo llegó a la Universidad Católica: "Muy satisfecho de poder estar acá después de haber pasado un tiempo no tan bueno".

Santiago “el Tanque” Silva deja el fútbol argentino para jugar en Chile, en el equipo Universidad Católica.

A sus 36 años, el goleador uruguayo ya se puso la nueva camiseta.

“Estoy contento, muy satisfecho de poder estar acá después de haber pasado un tiempo no tan bueno. Ya comprometido con la institución y con muchas ganas. Las expectativas son volver a repetir lo que hicieron los nuevos compañeros el semestre anterior”.

Tomás Costa fue presentado en Peñarol: "Fue fundamental saber que el interés era real"

El volante argentino proveniente de Universidad Católica de Chile contó que para él fue duro dejar Chile, pero que está agradecido con el recibimiento que le dio Peñarol.

El volante argentino Tomás Costa habló con los medios de prensa tras su presentación en Los Aromos y contó los detalles de su llegada:

El entrenador habló conmigo, los dirigentes se comunicaron con la gente que trabaja conmigo. Pienso que eso, más allá de las referencias que podía perder después, fue fundamental para saber que el interés era real y que había un interés concreto en mí y en mi forma de jugar.

Tuve la suerte de que en casi todos los equipos en los que jugué me tocó jugar con jugadores uruguayos y preguntarles a ellos y todos me dieron la misma referencia. Yo sé lo que significa este club y más allá de lo que podía saber o lo que ellos me dijeron, sentirlo y vivirlo en la ciudad fue completamente distintos. Hoy estoy muy contento y cada vez más convencido de que es la decisión correcta.

También se refirió a sus nuevos compañeros:

Conozco a la mayoría, soy de ver mucho fútbol y me enfrenté a la mayoría. A algunos los conozco de afuera, enfrentarlos y verlos más seguidos, a otros de enfrentarlos en el campeonato argentino. Pero dentro de las preguntas que hice fue sobre el plantel y me dieron las mejores referencias.

Es un plantel que viene armado desde hace bastante, fueron llegaron chicos nuevos que se acomodaron muy rápido, espero que también sea mi caso.

Además el futbolista se refirió a su complicada salida de Universidad Católica de Chile:

Fue muy duro para mí dejar Católica. Uno se encariña con las cosas, me sentía parte del club, fueron casi cinco años que conviví. Pasaron muchas cosas y a veces las cosas malas te fortalecen y te unen más que las cosas buenas.

Pero bueno, la realidad es que sentía desde comenzó el Campeonato que no era del gusto del entrenador, más allá de jugar la mayor parte de los partidos. Cuando él lo pudo manifestar lo manifestó sacándome del equipo y poniendo jugadores que habían llegado. Desde ese momento decidimos salir a buscar opciones y terminó todo llegando a Peñarol.

Lo dije ayer cuando salía de Chile, hasta ese momento era una mezcla de sensaciones y estaba hasta un poco triste, porque yo ya tenía una vida en Chile, mismo mi esposa tenía su grupo de amigas y su trabajo ahí. Ya desde hoy estoy muy contento y valoro un montón el recibimiento que me dieron acá.

“Bajo el árbol del bien y del mal. Fe y libertad”: Lectio Magistralis del Cardenal Gianfranco Ravasi

El viernes 6 de noviembre el Cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, recibió la Gran Medalla Ad Honorem de la UCU.

Texto completo de la Lectio Magistralis:

Nec religionis est cogere religionem. Es lapidario Tertuliano, con esta máxima de su escrito A Escápula (II, 2), cuando reconoce que en el mismo corazón de la fe, donde impera la gracia divina, late también la libertad humana, por lo que «no es propio de la religión imponer la religión». Un principio, lamentablemente, no siempre respetado por las diferentes confesiones religiosas, incluido el cristianismo, a lo largo de su historia secular, y es significativo que san Juan Pablo II (segundo) en el Jubileo del 2000 (dos mil), pidiese perdón también por estas prevaricaciones. En nuestro itinerario (que no es sólo teológico, sino sobre todo de corte cultural general) dentro del horizonte de la fe, debemos ciertamente celebrar el primado de la gracia divina, pero no podemos ignorar el necesario contrapunto armónico de la libertad humana. Necesario porque la libertad es estructural a la antropología bíblica y no solamente a la concepción clásica y moderna de la persona.

No podemos ahora desarrollar este tema siguiendo el entramado de textos bíblicos. Nos baste evocar dos pasajes. Por un lado, la escena de exordio de las Escrituras: el hombre y la mujer son colocados en los capítulos 2-3 (dos y tres) del Génesis a la sombra «del árbol del conocimiento del bien y del mal», un símbolo evidente de la moral, ante el cual la creatura se encuentra libre de aceptar el valor de aquél, o incluso, arrancando el fruto, decidir por sí lo que es bien y mal. Por otro lado, citamos un pasaje emblemático de la sabiduría de Israel: «Al principio Dios hizo al hombre y lo dejó en manos de su propio albedrío. Si tú quieres, guardarás los mandamientos, para permanecer fiel a su beneplácito. Él te ha puesto delante fuego y agua, a donde quieras puedes llevar tu mano. Ante los hombres la vida está y la muerte, lo que prefiera cada cual, se le dará» (Eclesiástico 15,14-17).

La gracia divina, no obstante toda su eficacia, desciende, no al interior de un objeto inerte, sino a un ser libre que puede acoger o rechazar ese don, puede abrir o dejar cerrada la puerta de su alma a la que llama el Señor que pasa, por usar la célebre metáfora del Apocalipsis (3,20). Expresa bien este cruce delicado y fundamental – sobre el que se han encarnizado durante siglos los teólogos tratando de definir el equilibrio – un religioso poeta, P. David. M. Turoldo, cuando escribe: «Estoy seguro que Dios me ha descubierto, pero no estoy seguro si yo he descubierto a Dios. La fe es un don, pero al mismo tiempo es una conquista». La epifanía divina tiene mil formas de manifestarse y no siempre es fulgurante como en el camino de Damasco. Sin embargo, no es tan constringente que conduzca a un asentimiento forzado u obligado. La adhesión debe ser personal, libre, incluso fatigosa. Somos conscientes, en efecto, que el ejercicio de la libertad no es de ninguna manera algo simple.

Ser libres, ciertamente, no es una pura y simple reacción instintiva y “libertina”, ni sólo sustraerse a una opresión o a una imposición, sino que es una elección coherente y consciente entre opciones diversas para alcanzar una meta. Por eso, el dramaturgo alemán Georg Büchner en La muerte de Dantón (1834, mil ochocientos treinta y cuatro) afirmaba que la estatua de la libertad aún no está fundida y es fácil quemarse los dedos. Vivir en la libertad auténtica, como nos lo recuerda a menudo también san Pablo, es un acto que compromete, pues implica una existencia rigurosamente consciente, y está siempre al acecho el riesgo de caer nuevamente en la esclavitud. Como sucede a los perros a los que se lanza un palo seco o un objeto y te lo regresan de inmediato, así para muchos la libertad es un elemento inútil que devuelven de inmediato a las manos del poder. Esta es una imagen de Dostoevskij y del gran novelista deducimos una sugestiva reflexión sobre el nexo entre fe y libertad.

Él escribía: «Tú no descendiste de la cruz cuando te gritaban: ¡Baja de la cruz y creeremos que Tú eres! Porque una vez más no quisiste someter al hombre… Necesitabas un amor libre y no entusiasmos serviles, tenías sed de fe libre, no de la que se funda en el prodigio». El escritor evocaba la escena del Gólgota con Cristo agonizante, ultrajado por los viandantes: «Tú que destruyes el templo y en tres días lo reconstruyes, sálvate a ti mismo. Si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz. Ha salvado a otros, pero no puede salvarse a sí mismo. Es el rey de Israel, que baje ahora de la cruz y le creeremos» (Mateo 27,39-42). Como durante su existencia terrena había evitado gestos taumatúrgicos espectaculares, preocupándose solamente de sanar los sufrimientos humanos, a menudo alejado de las multitudes e imponiendo el silencio a los beneficiados por sus milagros, así en ese momento extremo Jesús confía su revelación no al prodigio, sino al escándalo de la cruz. Él no busca adhesiones interesadas, sino que invita a una fe libre y guiada por el amor, que es por excelencia un acto de libertad.

Sin esta dimensión, la fe se convierte en parodia, como se intuye en la reconstrucción que Simone de Beauvoir, la escritora francesa compañera del filósofo Sartre, fallecida en 1986 (mil novecientos ochenta y seis), hace de la crisis juvenil que la hizo abandonar la fe. En sus Memorias de una joven formal evoca el momento en que el estando en el colegio, escuchando una predicación del capellán P. Martin sobre la obediencia, se había encaminado hacia la necesidad de liberarse de la pesadilla de la religión, precisamente porque ésta – según la visión que en realidad era una deformación de la fe auténtica – llevaba a eliminar la libertad. Exponía: «Mientras hablaba el sacerdote, una frívola mano  se abatía sobre mi nuca, me hacía inclinar la cabeza, me pegaba el rostro al suelo; toda la vida me habría obligado a arrastrarme a gatas, cegada por el polvo y las tinieblas; necesitaba decir adiós para siempre a la verdad, a la libertad, a cualquier alegría».

Por eso es importante un anuncio correcto de la fe que, sin conceder nada a un acuerdo fácil, a un compromiso genérico y cómodo, no deforme la verdadera alma de la fe, introduciendo un rostro desfigurado de Dios, lo que Lutero llamaba simia Dei, es decir, el “remedo de Dios”. El auténtico creer no es esclavitud, sino libertad, no es imposición, sino búsqueda, no es obligación, sino adhesión, no es ceguera, sino luz, no  es tristeza, sino serenidad, no es negación, sino elección positiva, no es sueño amenazante, sino paz. Como afirmaba en uno de sus ensayos, Vivir como si Dios existiese, el teólogo alemán Heinz Zahrnt, «Dios habita solamente donde se le permite entrar». Esta elección conlleva – como toda opción libre – un aspecto de riesgo. Entra en acción, entonces, un rasgo ulterior que es la confianza.

Es la famosa fides qua de los teólogos, o sea la fe “con la que” uno se adhiere, confiando, a Dios y que hace acoger la fides quae, es decir, los contenidos de la Revelación divina que el creer nos manifiesta. Abraham, que «por la fe, al ser llamado por Dios, obedeció y salió para el lugar que había de recibir en herencia y salió sin saber a dónde iba» (Hebreos 11,8), es el sumo ejemplo bíblico. En nuestro itinerario, que es más cultural que específicamente teológico me confío a los versos de una importante escritora italiana con la que personalmente tuve un diálogo intenso en los últimos años de su vida, Lalla Romano, desaparecida en 2001 (dos mil uno): «Fe no es saber / que el otro existe / es vivir / dentro de él / calor / en sus venas / sueño / en sus pensamientos. / Aquí merodeando / durmiendo / en él despertarse». Cierto, la fe es también saber, conocer, comprender, pero no es pura y simplemente demostración racional de la existencia de Dios. Es mucho más.

El cruce entre fe y libertad es, por tanto, complejo porque supone ante todo el encuentro entre antropología y teología, es decir, entre la inmanencia y la trascendencia, entre la creatura y la divinidad, entre el hombre/mujer y Dios. Un encuentro en el cual ninguno de los dos protagonistas debe predominar sobre el otro. Por un lado, la creatura humana, dotada de libertad, no puede ignorar al Creador y su palabra y, por consecuencia, debe realizar una elección libre escuchando o rechazando esa palabra. Dios, por otra parte, escogió tener frente a sí un interlocutor libre y no una estrella regulada por mecánicas celestes obligatorias y, por ende, respeta la decisión humana, hasta la negativa, aunque no quedando indiferente, y aquí entra en escena el tema del juicio moral sobre el bien y sobre el mal.

Pero el cruce entre fe y libertad supone también una dimensión exquisitamente interna a la antropología. En la conciencia humana la opción fundamental respecto a Dios y su palabra involucra razón y fe que son dos caras de la libertad. Existe ante todo la verificación racional legítima y necesaria; tanto es así que san Agustín no titubea en declarar que «la fe si no es pensada es nada» porque la persona creyente «pensando cree» y «creyendo piensa». Naturalmente el límite creatural hace que el misterio trascendente, es decir, la nous, la “mente” de Dios, como dice  s. Pablo, o la ‘esah, el “proyecto” divino, como se expresa el libro de Job, no pueden ser agotados por la mente y por el proyecto humano. Aquí puede surgir una doble elección, ya sea de la adhesión o del rechazo.

La adhesión, como decíamos, es la fe que tiene en su interior un doble perfil que no excluye la razón (la fides quae), sino que exige un ulterior canal de conocimiento, el de la confianza, del amor, de la confidencia (la  fides qua), emblemáticamente expresada en la subida dramática de Abraham al monte Moria obedeciendo al desconcertante mandato divino del sacrificio del hijo, un acontecimiento sobre el cual ha escrito páginas memorables el filósofo del siglo XIX Soeren Kierkegaard en su ensayo Temor y temblor. La persona humana tiene, en efecto, una conciencia polimorfa, pues implica la vía racional, aunque también la de amor, el método científico, aunque también la intuición estética, la experimentación sensorial, aunque también la abstracción intelectual, etcétera. Bajo esta luz se comprende la función decisiva de la libertad que se confía y se encomienda a Dios. Y es sobre este aspecto de confianza sobre el que queremos concluir con una reflexión de índole testimonial y cultural.

La fe en su último estadio es, en efecto, – como, por lo demás, lo enseña la gran mística (piénsese solamente en Juan de la Cruz) – encuentro, confianza, abrazo, amor; es vivir en Dios, compartiendo pensamientos, sueños, elecciones. Es dormirse con él para despertarse también junto a él, como confiesa el salmista: «En paz me acuesto y enseguida me duermo, porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo» (Salmo 4,9). Como rezaba otra poetisa italiana, marcada ésta explícitamente por la fe, Ada Negri: «Tú caminas a mi lado, oh Señor; huella no deja en tierra tu paso. No te veo: pero siento y respiro tu presencia en cada hilo de hierba, en cada átomo de aire que me nutre». La confianza tiene su examen de autenticidad en el tiempo oscuro de la prueba, cuando el rostro de Dios desaparece, su palabra calla, su presencia se convierte en ausencia. Job envuelto plenamente en las tinieblas, no deja de creer y de tener confianza: «Él me puede matar, no me lamentaré» (13,15).

La tradición hebrea escenifica en una parábola a un judío que huía de la Inquisición española con su mujer y su hijo, y que, durante una tempestad, toca tierra en una isla. Ahí un rayo mata a la esposa y una ola arrastra al mar al muchacho. Solo, desnudo, flagelado por la tempestad, aterrorizado, vagabundo en esa isla rocosa, eleva su voz al cielo: «¡Dios de Israel, estoy acabado! Precisamente ahora, sin embargo, no te puedo servir sino libremente. Tú hiciste todo para que yo dejara de creer en ti. Bien, te lo digo, Dios mío y de mis padres: no lo lograrás. ¡Puedes golpearme, puedes tomar mis bienes, lo que más quiero en el mundo, puedes torturarme a muerte: yo creeré siempre en ti, te amaré siempre, aunque no te guste!». Evidentemente es la paradoja, pero en esta escena del drama de Job brillan la total libertad del creyente y su absoluta confianza en Dios.

Una confianza que es exaltada también en la tradición musulmana con altísimos acentos (muslim significa precisamente “quien tiene confianza y se abandona en Dios”), aunque a menudo en perjuicio de la libertad humana. El poeta nacional de Pakistán, Muhammad Iqbal, muerto en 1938 (mil novecientos treinta y ocho), escribió: «Te diré el signo del creyente: / cuando le llega la muerte, / en sus labios brota una sonrisa». El morir, efectivamente, en la fe no es arribar al abismo de la nada; tanto es así que en el hablar popular árabe el camposanto es llamado “la casa del encuentro”. Vivir la fe genera una confianza que hace florecer, incluso en la crudeza de la agonía, una sonrisa. Concluimos, entonces, este recorrido temático de corte cultural y religioso con una oración de agradecimiento irradiada por la confianza. Es una de las Catorce oraciones que compuso Robert L. Stevenson, el genial autor del siglo XIX inglés de la Isla del tesoro y del Extraño caso del doctor Jekyll y de Míster Hyde, un verdadero canto de confianza en el Dios que no abandona jamás a sus creaturas con sus pequeños y grandes dones: «Te damos gracias, Señor, por este lugar en que habitamos, por el amor que nos mantiene unidos, por la paz que hoy nos hace concordar, por la esperanza con que esperamos el mañana, por la salud, el trabajo, el alimento, el cielo claro que llenan nuestra vida de confianza y serenidad».

Card. GIANFRANCO RAVASI