La historia de cómo una sequía prolongada hace más de tres mil años acabó con un imperio en plena expansión

Un estudio publicado por la revista Nature analizó un sepulcro que se cree que fue de un pariente del rey Midas, posiblemente su padre, para hallar la causa del fin del imperio Hitita.

El imperio Hitita fue una de las principales potencias del mundo antiguo durante cinco siglos, pero hacia el año 1.200 antes de esta era dejó de existir. Fue un colapso histórico repentino y que a lo largo de los años se atribuyó a varios factores, aunque ninguno completamente concluyente.

Ahora un nuevo estudio apunta a tres años de grave sequía, dentro de un periodo ya de por sí seco, que terminó de remachar a una civilización entera.

El estudio en cuestión fue publicado por la revista Nature y analizó un sepulcro que se cree que fue de un pariente del rey Midas, posiblemente su padre, para hallar la causa del fin del imperio Hitita, surgido hace más de tres mil años en Anatolia central, una región que incluye gran parte de la actual Turquía.

Los hititas fueron una de las principales potencias del mundo antiguo y se mantuvieron notablemente resistentes en medio de las diversas convulsiones sociales, políticas, económicas y medioambientales que azotaron la región. No obstante, en cuestión de meses la capital de Hattusa fue abandonada y el imperio dejó de existir.

Es posible que los graves fenómenos climáticos no fueran la única causa del colapso, señalaron los autores del estudio. Sin embargo, agregaron, este periodo de sequía en concreto “pudo ser un punto de inflexión, al menos para los hititas”.

El equipo analizó muestras de un sepulcro de 53 metros de altura que tiene una estructura de madera de enebro, una planta que crece lentamente y vive siglos, por lo que en su interior contiene un registro paleoclimático de la región.

Los investigadores observaron los patrones de crecimiento de los anillos de los árboles y se encontraron con que algunos eran inusualmente estrechos. Esto, probablemente, indica condiciones secas, junto con los cambios en la proporción de carbono registrados en los anillos, que indican la respuesta del árbol a la disponibilidad de humedad.

"Los isótopos estables son una de nuestras formas más potentes de mirar al pasado y hacernos preguntas sobre el estado fisiológico de esa planta hace 1.000, 2.000 o 3.000 años", explicó uno de los autores.

El análisis de la madera reveló un cambio general hacia condiciones más secas desde finales del siglo XIII hasta el siglo XII a.C., y fijan un “periodo continuo de sequía severa” de tres años, lo que coincide con la cronología de la desaparición de los hititas.

La anchura de los anillos indica que está ocurriendo “algo realmente inusual y como son muy estrechos, significa que el árbol estuvo luchando por mantenerse vivo”, dijo el autor principal de la investigación.

En un entorno semiárido, la única razón posible de que esto ocurra es que hay poca agua, por lo tanto se trata de una sequía, y esta es especialmente grave durante tres años consecutivos.

Las pruebas de isótopos estables extraídas de los anillos de los árboles confirman esta hipótesis, y los científicos pueden establecer un patrón coherente a pesar de que todo esto ocurrió hace más de 3.150 años.

Los autores señalan que un año de sequía en un entorno semiárido sería manejable, ya que los agricultores suelen tener suficientes provisiones, pero con un segundo año, se produciría una crisis y "todo el sistema empezaría a desmoronarse".

La hipótesis es que a los tres años de sequía, cientos de miles de personas, incluido el enorme ejército hitita, se enfrentaron al hambre o a la inanición. La base fiscal se desmoronó, al igual que el gobierno. Y los supervivientes se vieron obligados a emigrar dejando la ciudad desierta que miles de años después encontraron los arqueólogos.


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