Uber salió a la Bolsa de Valores de Nueva York y ya se convirtió en una de las empresas más valiosas de EE.UU.

Aunque en estos primeros días a sus acciones no les ha ido bien, su capitalización de mercado equivale a 69 mil millones de dólares.

Hasta la semana pasada, cualquiera de nosotros se tomaba un Uber y le estaba dando ganancias a una compañía privada, de la cual no se conocían exactamente sus números.

Pero desde  el viernes Uber ya es una compañía pública que cotiza en la Bolsa de Nueva York y que debe presentar trimestralmente sus resultados: cuánto vende, cuánto gana y qué planea hacer.

Además ahora el valor de Uber depende de la fluctuación del precio de sus acciones en la Bolsa. Al día de hoy su capitalización de mercado equivale a USD 69.000 millones, casi una vez y media el PBI de Uruguay.

La salida a la Bolsa de Uber generó enorme atención de los mercados porque es una compañía tecnológica, disruptiva, que cambió totalmente la manera de hacer negocios en el mundo del transporte.

¿Por qué es disruptiva? Por hoy los consumidores que tienen autos, gastan millones en asegurar, mantenerlos y conducirlos. Uber ve un mundo en el que una familia no tendría que ser dueña de  automóviles ya que es más barato y más conveniente llamar un vehículo autónomo para ir al trabajo o hacer mandados.

Este nuevo modelo de negocios comenzó a crecer y hoy Uber vale más que las compañías de autos más grandes del mundo.

Sin embargo, la salida a la Bolsa de Uber no fue un éxito. Primero se fue bajando el precio de salida al mercado. Se terminó estableciendo en 45 dólares la acción. Y a partir del viernes, que empezó a venderse en bolsa, la cotización ha caído.

¿Cuál es el problema? Que estas compañías han ganado market share, presencia, usuarios, pero aún no ganan dinero. Por ahora se mantuvieron gracias a inversiones de capitalistas que confiaban en que el modelo sería rentable pero ahora van a tener la presión de la Bolsa para dar ganancias.

Uber perdió 1.000 millones de dólares este primer trimestre y si bien sus ventas siguen creciendo a un ritmo de 20%, antes lo hacían al 70%. Para ganar más plata deberían o bien subirle el precio a sus clientes o bien pagarle menos a los choferes.

Sus desafíos

Los empleados. Uber etiqueta a sus conductores como contratistas, no como empleados, lo cual lo exenta de pagar un salario mínimo o contribuciones de seguridad social, entre otras cosas. Más de sesenta mil conductores han presentado o planean presentar una demanda de arbitraje para cambiar esa situación, lo cual podría costarle miles de millones de dólares a Uber.

Los vehículos autónomos. Los taxis robotizados son fundamentales para la rentabilidad de Uber: permitirán que los vehículos ofrezcan viajes las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana sin conductores humanos que compartan los ingresos. No obstante, si competidores como Waymo adoptan primero esta tecnología, causarían estragos en Uber.

Regulación. Es 2019 y las autoridades están tras las empresas tecnológicas, ya sea mediante bloqueos directos al servicio de taxis de Uber o normas de privacidad que dificultan su capacidad de innovar.


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