El gobierno interino de encabezado por Temer tiene su primer escándalo, el que se cobró la cabeza del ministro a poco más de una semana de acceder a la cartera de Planeamiento.
La primera gran crisis política del nuevo gobierno brasileño se cobró este lunes una víctima de peso. A once días de haber asumido el poder de manera interina, Michel Temer debió aceptar la licencia de uno de sus asesores de mayor confianza, el ministro de Planificación Romero Jucá, envuelto en unas polémicas escuchas telefónicas publicadas por el diario Folha de San Pablo en las que sugería frentar el avance de las investigaciones anticorrupción en Petrobras en las que el propio Jucá esta implicado como presunto beneficiario de la red de sobornos.
Al anunciar que se aparta del gobierno y que regresa al Senado, Jucá dijo que ahora que respalda las invesigaciones. "Reafirmo nuestro apoyo a la Operación Lavajato, a las investigaciones que tienen que hacerse en Brasil y al castigo a quien quiera que tenga algún tipo de responsabilidad", dijo.
