Ciudades pobladas como Sao Paulo, Ciudad de México o Bogotá han tenido crecientes congestionamientos de tránsito.
Miles de monopatines inundaron recientemente las calles de América Latina, en varios países. Desde el año pasado, plataformas como las startups estadounidenses Bird, Lime y Scoot tomaron las veredas, al lado de la mexicana Grin o la brasileña Yellow. Cualquier persona con un smartphone y una tarjeta bancaria puede convertirse en usuario.
"En la aplicación te salen los patines que están para ya cargarse. Tú los ubicas y ya los capturas y posteriormente los llevas a cargar y después pues ya los liberas a donde también la aplicación te dice", explicó Antonio Álvarez, quien es cargador de monopatines eléctricos.
Pero aunque llegaron como una promesa de movilidad y transporte limpio para reducir congestionamientos y altos niveles de contaminación, sus críticos aseguran que solo empeoran el caos vial. En Ciudad de México, con más de 20 millones de habitantes y casi cinco millones de automóviles, su manejo imprudente ha causado numerosos accidentes.
Los peatones también corren peligro: solo en Sao Paulo de enero a mayo hubo 125 atropellamientos de peatones por monopatines que alcanzan hasta 40 km/h y frecuentemente circulan sobre las veredas. Además, son estacionados sin ningún control, lo que les ha ganado detractores.
Los conflictos y accidentes han llevado a las autoridades de varias ciudades a emitir lineamientos para la operación de monopatines. Las ordenanzas incluyen circular por ciclovías, límites al número de unidades por operador y a la velocidad.
Las empresas de monopatines igual ven una oportunidad en América Latina y han anunciado expansiones. Bogotá, Ciudad de México o Sao Paulo ocupan tres de los cinco primeros lugares con el peor tráfico del mundo. Con este panorama, cualquier tipo de transporte alternativo puede encontrar terreno fértil de crecimiento.
AFP
