Médicos sirios urgen a EE.UU. a impedir un nuevo asedio de Alepo

Casi la mitad de los últimos médicos que ejercen en los barrios rebeldes de Alepo criticaron "la inacción" de Estados Unidos frente a las atrocidades que padecen los habitantes de esta gran ciudad dividida del norte de Siria.

En un carta abierta, 15 de los 35 galenos aún presentes en los barrios bajo control de los insurgentes alertan que la situación sería desesperada para los civiles, si el régimen sirio de Bashar al Asad impone un nuevo asedio.

El sábado, una alianza de rebeldes islamistas e insurgentes yihadistas consiguió romper tres semanas de un asedio que había provocado un aumento vertiginoso de los precios de los productos básicos.

Para los médicos, no obstante, la situación sigue siendo desesperada.

"Sin la apertura permanente de una ruta de abastecimiento, las fuerzas del régimen nos asediarán de nuevo dentro de poco, la hambruna se propagará y los productos de los hospitales se agotarán por completo", advierten.

En una misiva enviada a la Casa Blanca, a la que tuvo acceso la AFP, estos pediatras, cirujanos y otros médicos lamentan la actitud de Estados Unidos, que "no realiza ningún esfuerzo para levantar el asedio o usar su influencia para presionar a los bandos para que protejan a los civiles".

"No necesitamos ni lágrimas, ni compasión, ni oraciones. Demuestren simplemente que son amigos de los sirios", aseguran.

- 'Quién vivirá y quién morirá' -

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que Siria era el lugar más peligroso para el personal médico con 135 ataques en 2015 contra centros sanitarios o su personal.

Actualmente, 250.000 personas viven en las zonas rebeldes y 1,2 millones en los barrios controlados por el gobierno en la ciudad de Alepo, la segunda deSiria y uno de los principales objetivos de un conflicto que ha dejado más de 290.000 muertos desde marzo de 2011.

Rebeldes y fuerzas gubernamentales preparan una nueva batalla para intentar controlar la ciudad, donde los hospitales y las infraestructuras civiles se encuentran devastados.

En julio, los bombardeos alcanzaron en un sólo día cuatro hospitales improvisados y un banco de sangre. Varios doctores que firman este llamado trabajaban allí.

"Lo que más nos duele, como médicos, es tener que escoger quién vivirá y quién morirá", escriben los galenos.

"Niños jóvenes llegan a urgencias con heridas tan graves que debemos priorizar aquellos que tienen más posibilidades de sobrevivir", agregan. "Y, en ocasiones, ni tenemos el material necesario para ayudarlos".

Los médicos dicen haber sido testigos a lo largo de los cinco años de guerra de la muerte de un número incalculable de pacientes, amigos y compañeros entre "horribles sufrimientos".

Hace dos semanas, un ataque causó la muerte de cuatro recién nacidos, ya que la explosión cortó la llegada de oxígeno a su incubadora.

(AFP)


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