Las conversaciones apuntan a superar la áspera disputa comercial que enfrenta a los dos países y deja en vilo a la economía global.
En Pekín, los equipos de negociadores de China y Estados Unidos volvieron a verse las caras, con el objetivo de superar la guerra comercial entre los gobiernos de ambos países.
El secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, aseguró que las sesiones de este jueves habían sido “muy productivas”. La principal queja estadounidense es que China utiliza prácticas desleales de comercio, como los enormes subsidios a sus empresas y la transferencia forzada de tecnología extranjera. Ambos se impusieron aranceles por 360.000 millones de dólares desde el año pasado, aunque acordaron una tregua en diciembre para dar oportunidad a los negociadores.
A comienzos de marzo, el parlamento chino aprobó súbitamente una ley que protege a empresas extranjeras de la necesidad de transferir tecnología.
La siguiente ronda de conversaciones está prevista para la próxima semana en Washington y será encabezada por el vice primer ministro chino Liu He.
El presidente Donald Trump mencionó varias veces la proximidad de un acuerdo, pero los negociadores han minimizado la posibilidad de un entendimiento inminente. Por su parte, el ministerio chino de comercio expresó en una nota que hay "una gran cantidad de trabajo" por hacer antes de un acuerdo definitivo.
