Los presidentes del Mercosur se reunirán en una cumbre virtual el próximo viernes para celebrar los 30 años del bloque

La reunión se llevará a cabo el próximo viernes 26 de marzo en el que Uruguay insistirá con el planteo de hacer cambios en el bloque que permitan que los países aumenten su capacidad comercial.

La idea era una cumbre presencial, con medidas sanitarias especiales pero que permitiera que Fernández, Bolsonaro, Lacalle y Benítez se vieran las caras por primera vez todos juntos en el mismo lugar. Pero no podrá ser.

El encuentro que se planificó para Puerto Iguazú y que luego se pasó a Buenos Aires finalmente será por videoconferencia ante el aumento de casos de coronavirus en la región, las restricciones de viajes y la necesidad de hacer cuarentena por una semana luego de una actividad de unas pocas horas.

El presidente Lacalle Pou llega a la cumbre con sus cartas a la vista: ya hizo los planteos mano a mano a los socios del bloque, se reunió con todos personalmente y les dijo que quiere cambiar, flexibilizar, adaptar o con la palabra que sea necesaria, hacer que el Mercosur sea una alianza de posibilidades comerciales y no un corsé.

El problema es entre chicos y grandes. Las resoluciones en el bloque se alcanzan por consenso y no por mayorías y cada país para negociar acuerdos por fuera tiene que lograr que todos lo autoricen. Eso complica tiempos y resta ventajas porque no siempre los gobiernos están en la misma sintonía. No todos venden y compran lo mismo y a veces abrir posibilidades para otros puede implicar afectar las propias.

Hasta ahora las respuestas fueron dispares al planteo uruguayo: el relacionamiento entre los presidentes es correcto y en las declaraciones y poses diplomáticas solo el gobierno paraguayo había dado a entender que no iba en la misma línea, pero el encuentro con Lacalle en Punta del este destrabó las diferencias al quedar sobre la mesa un tema clave para Abdo: la salida al mar que pueda tener a través de Uruguay.


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