"Si tenemos presiones cero puede ser fuente, muy probablemente, de ingreso de cuerpos extraños, bacterias y virus, al interior de nuestra red", dijo Montero.
Sobre las 11:30 de este miércoles comenzó en la Cámara de Senadores la interpelación a los ministros de Ambiente, Robert Bouvier, y de Salud Pública, Karina Rando, en el marco de la crisis hídrica que vive el país. También comparece ante la cámara alta el presidente de OSE, Raúl Montero.
Tal como se ha informado, el organismo estatal toma agua de la zona baja del río Santa Lucía -al sur de la planta potabilizadora de Aguas Corrientes- para mezclarla con la de aguas arriba que se utiliza habitualmente. Esto se realiza para estirar las reservas del país en el medio de una sequía "sin precedentes" en la historia del país, según lo definió Inumet.
"No podíamos ser ajenos a la crisis más grave en materia hídrica del área metropolitana y otros lugares que se ha registrado en nuestro país", comenzó el miembro interpelante Enrique Rubio.
El Frente Amplio -aclaró- tiene como objetivo "informarse sobre la situación, evaluar la gestión de la crisis y determinar responsabilidades en caso de que las hubiera y de intercambiar sobre el plan de contingencia".
"A nuestro juicio debería haber un comité de crisis y una mesa de respaldo político nacional teniendo como unidad ejecutora al Sinae (Sistema Nacional de Emergencias) para esta circunstancia. Pero nadie puede imaginarse que Uruguay esté en esta situación y sea solo un tema del gobierno. Nuestra actitud es colaborar en este proceso", expresó.
El manejo de la crisis, dijo, deja "enormes incertidumbres, dudas y críticas".
El peligro de los cortes programados.
A su turno, el presidente de OSE defendió la mezcla que realiza OSE con el fin de "ahorrar" agua en Paso Severino y dijo que "no quedan muchas alternativas".
"La otra puede ser hacer cortes programados. Hay ciudades muy cercanas que sí optaron por los cortes programados, por ejemplo San Pablo hace seis o siete años hubo una crisis durísima. Daban agua por barrios cada dos o tres días", ejemplificó.
"Según la bibliografía -prosiguió el jerarca- y la experiencia e información que tiene OSE, interrumpir el servicio de agua puede tener graves consecuencias. Una de las principales garantías que tiene la calidad bacteriológica del agua potable (además del buen tratamiento y la desinfección) es que se puede mantener presiones positivas en la red. Si tenemos presiones cero en la red a causa de que cerramos la llave, eso puede ser fuente, muy probablemente, de ingreso de cuerpos extraños, bacterias y virus, al interior de nuestra red".
En este sentido, enfatizó que este "riesgo" está por encima de los problemas del agua con mayor salinidad.
"Sencillamente, si se da, es un problema agudos y generalizados. Hay información de países desarrollados que tuvieron miles de internados por diarrea, que costó en muchos casos muchas muerte. Y no estoy hablando de prehistoria, sino de 10, 15, 20 años atrás", sentenció.
En otro pasaje aclaró que los niveles de cloruro y sodio están por encima de los parámetros habituales pero que estos están "fijados por criterios sensoriales y no por criterios de salud", por lo que mantiene su postura de que es agua apta para consumo humano, más allá de su mal gusto.
