Minerva compró tres frigoríficos más en Uruguay y senador Da Silva se mostró "muy alarmado" por la posibilidad de que se cree "un monopolio"

El sindicato de trabajadores de frigoríficos manifestó incertidumbre por cómo maneja las plantas la compañía brasileña.

La compañía brasilera Minerva Foods anunció en las últimas horas la compra de 16 plantas frigoríficas de bovinos a Marfrig en Brasil, Argentina y Uruguay, y una de corderos en Chile.

En Uruguay adquirió las de Salto, San José y Canelones, que sumadas concentran el 18% de la faena del país. Ahora, Minerva Foods alcanzará entre el 43% y el 45% de la faena a nivel nacional.

Minerva ya era propietaria de los frigoríficos PUL, Carrasco y Canelones, que suman otro 20% de la faena, y a principios de este mes adquirió el frigorífico BPU.

Marfrig Uruguay mantiene el frigorífico Tacuarembó, una planta de enlatados en Fray Bentos y el feedlot de Río Negro.

La transacción se hizo por 7.500 millones de reales, más de US$ 1.500 millones, y está sujeta a que autoridades de cada país la aprueben.

En su mensaje, el presidente de Minerva, Fernando Queiroz, dijo que ahora la compañía suma 40 frigoríficos de producción bovina con capacidad para faenar 42.000 cabezas por día, y cinco de producción ovina con capacidad para 25.000 cabezas.

Cuestionamientos de Da Silva

El senador blanco Sebastián Da Silva manifestó su preocupación porque esta decisión pueda crear un monopolio en el sector de la industria frigorífica.

El nacionalista, que además es productor agropecuario, dijo que se debe asegurar al productor un mercado transparente y pidió revisar la ley de defensa de la competencia.

"Esto afecta directamente al productor ganadero, que hoy el producto de su trabajo, el novillo gordo, va a ser vendido por un monopolio. (El comprador) en vez de poner el precio internacional de la carne puede poner el precio que quiere", dijo.

Da Silva aclaró que el gobierno no puede frenar la fusión, pero sí que se debe "revisar la ley de defensa de la competencia" para "ver qué mecanismo hay para generar un marco transparente de mercado".

"No estamos en contra de la fusión, sí estamos muy alarmados con las consecuencias de esa fusión que puede ser un monopolio en la industria frigorífica", cerró.

La postura del sindicato

Martín Cardozo, presidente de la Federación de Obreros de la Industria de la Carne y Afines (Foica), por su parte, habló de dos sensaciones con la compra de Marfrig: oportunidad e incertidumbre.

En primer lugar, es una oportunidad para hacer un bloque y que se negocie mejores condiciones laborales, dado que el 95% de los afiliados al Foica trabajan en los siete frigoríficos que ahora tiene Minerva, dijo Cardozo.

La incertidumbre, por otra parte, proviene de la forma en que la multinacional maneja las plantas. A veces cierra una, concentra producción en otra, contó.

"Si voy a los salarios tengo que ser honestos: tenemos salarios de la media para arriba. y las condiciones que trabajamos son acordes. Pero Minerva tiene una modalidad de negociación muy dura, a veces intransigente, pero bueno, está todo para discutir", dijo.


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