¿Qué decía el dictamen de la jueza que dio guarda y custodia al padre en el caso María?

En este dictamen que la jueza presentó esta semana, se cita a nueve profesionales que participaron en las pericias y también hay varios testimonios.

Hay cuatro informes de psicólogos del Eataf, que es el Equipo de Asesoramiento Técnico en el Ámbito de la Familia, un organismo de referencia que dice que hay

“Alto riesgo para la menor de continuar en el ejercicio de la guarda exclusiva por parte de la madre(…) Describen a la madre como alguien que interfiere en el vínculo con el padre, con una práctica alienadora nociva para la menor y que empeora cada día”.

El informe profundiza en la personalidad de la madre y concluye que “resulta descartada psiquiátricamente para la guarda en el momento actual”
En cuanto al padre concluye que es “alguien angustiado por la situación (…) preparado para la práctica de la paternidad, sin ser “el padre perfecto”.
Todos los informes recomendaban un sistema progresivo de contacto con el padre pero no fue imposible hacerlo y describe cómo veían los profesionales a la niña:

“… la menor manifiesta tranquilidad con las técnicas, y cuando está la madre delante tiene un discurso diferente… la menor manifiesta que su madre le ha dicho que el padre es malo y que le había hecho cosas malas de pequeña”.

Casi en su parte final, la sentencia de la jueza dice que “ha resultado esclarecedor para esta instancia el hecho de que nueve profesionales independientes y acreditados hayan relatado que la menor se encuentra en situación de alto riesgo dada la conducta de intervención de la madre relativo al vínculo sobre el padre…”

Además, la sentencia agrega:

“…que se han imposibilitado los vínculos de la menor con el padre por la actividad de la madre y que esto además de resultar nocivo, es considerada necesaria su inmediata reactivación…” refiréndose al vínculo con el padre.

En el escrito se destaca también que todos los profesionales que trataron a la niña coinciden en que el reinicio del vínculo con el padre ideal sería en un punto de encuentro y de manera progresiva  pero que “la intervención de la madre acreditada por todos los expertos que han testificado imposibilita reconducir la relación con el padre de manera definitiva y los intentos de los servicios sociales que han resultado infructuosos”.

Por eso, finaliza diciendo que “la resolución necesariamente ha de ser traumática, aunque se ha optado por la vía menos traumática posible para la menor”.
Y advierte que la niña “ya tiene unas graves carencias en el vínculo con su padre que interfieren en su desarrollo emocional, su evolución como mujer, su futura percepción de las relaciones de pareja, etc. Aunque la entrega al padre de manera inmediata no sea la situación perfecta, resulta subsanable y reconducible con especialistas alrededor, lo que no será subsanable es continuar viviendo con la madre”.


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