El jefe de unidad de Explosivos del Ejército detalló cómo unos delincuentes intentaron detonar unos cajeros para robarlos.
Los elementos que se utilizaron para hacer explotar los cajeros fueron gas y un medio eléctrico para iniciar la chispa que provoca la detonación. En el último caso se usó una garrafa y una batería de auto.
José Fonseca, jefe de unidad de Explosivos del Ejército, explicó al programa Desayunos Informales por qué fallaron en el intento de robo a dos cajeros ubicados en Agraciada y Grito de Asencio:
“Lo que pretende es que se destruya el cajero. Eso lo consiguen, mediante una concentración adecuada de gas, la necesaria para que se produzca la explosión. Si hubiera un sistema de ventilación, no logran esa concentración por lo que falla el intento”.
Para el experto, la obtención de los materiales es sencilla pero no lo es tanto lograr la maniobra:
“Fácil es la obtención de los medios con los que están actuando hoy en día. El butano y propano son de uso comercial y puede acceder cualquier persona. Ahora, lograr el efecto deseado de destruir el cajero no resulta tan sencillo. De hecho, por eso tuvieron el acto fallido”.
Una de las dificultades radica en introducir todo el gas dentro del cajero por medio de la manguera.
Luego de que se logra se realiza una detonación a distancia que, si sale bien, genera la explosión, de lo contrario no pasa nada.
