El difícil presente de Carlos Díaz, el ex futbolista que perdió todo por las últimas inundaciones

Formó parte de la generación de Malasia 97'. Vive en una humilde vivienda que se vio seriamente afectada por las inundaciones en Santa Lucía.

Carlos Díaz que integró aquella selección que escribió un capitulo recordado para el fútbol uruguayo cuando obtuvieron la medalla de plata en el Mundial Sub-20 de Malasia en 1997.

Pero también es la historia de un pibe de barrio, que salió de Santa Lucia, de un hogar humilde y logró cumplir su sueño de vestir la celeste.

Carlitos recuerda que la etapa de Malasia marcó su vida profesional. Muchos de esos jugadores lograron pases exitosos. Carlos lo logró pero tuvo que regresar de Colombia par hacerse cargo de sus hijos.

Jugó en Defensor, en Racing y en Peñarol. Tiene cuatro hijos y siente que el fútbol es su vida. "Ha sido mi gran salvavidas", dijo a Telemundo.

“Ese recuerdo es inolvidable, viví cosas lindas, muy lindas. Más allá del campeonato, después que la gente nos recibiera como nos recibió, creo que ese momento es inolvidable. Clasificamos cuartos al Mundial, mucha gente no daba nada por nosotros. El grupo era muy unido, un grupo de seres humanos maravillosos. Es imborrable por el hecho de vivirlo y vivirlo cómo lo vivíamos”, contó el ex futbolista.

Además de Malasia hubo otro momento deportivo que recuerda. Cuando jugó en racing en el 2013 le hizo un gol a Peñarol y se lo dedicó a su hijo Federico, que hoy juega en la tercera de Rampla.

“Íbamos 1-1 y faltando diez minutos hice el gol. Fue maravilloso, se lo dediqué a mi hijo que justo estaba en la tribuna”, contó.

Su hoy es difícil. En las últimas inundaciones perdió todo. Vive en un barrio muy humilde que se llama El Abrojal, sobre la vía del tren.

“Es un momento de tristeza. Vimos como el agua nos inundaba la casa, cómo se llevaba lo poco que teníamos. Me llenó de tristeza. Perdimos todo, fue muy rápido y no dio tiempo a nada. Lo que pude sacar fueron los murales que tenía de recuerdos. Prácticamente perdimos todo. Salimos con la ropa puesta. Era lo que nos llevábamos. Electrodomésticos, camas, todo. Volver a empezar en difícil, pero uno viene de familia que laburó toda la vida. Hay que barajar de nuevo y salir adelante”, relató Carlos.

Está recibiendo la ayuda de algunos de sus ex compañeros, pero su sueño es que lo contraten como director técnico. "Hoy me ves acá en un barrio humilde y hay compañeros que están en otro nivel pero siguen siendo amigos. Ahora quiero tratar de arreglar lo poco que tengo con mi familia", dijo.

Tiene una escuelita de fútbol con 40 niños, pero ahora está en suspenso porque el gimnasio donde se llevaba adelante también se vio afectado por las inundaciones. Carlos se recibió de director técnico y espera algún día tener trabajo en esa área. "Ahora, ese es mi sueño", confesó.


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