En la cuenta regresiva elecotral, en Buenos Aires se vive sin euforia la campaña que tiene como protagonistas al oficialista Daniel Scioli y al desafiante Mauricio Macri, en las calles porteñas no hay ambiente electoral.
En las calles porteñas no hay ambiente electoral. En la histórica Plaza de Mayo, rodeada por un importante dispositivo de seguridad, la vida se desarrolla sin muchas novedades.
Los turistas la recorren, los habitúes pasean a sus hijos y les dan de comer a las palomas. La tranquilidad solo se ve alterada por la movilización diaria de un grupo de ex soldados de las Malvinas que, en reclamo de que se les pague una subvención, recorren el trayecto que va desde el Obelisco hasta el campamento levantado frente a la Casa Rosada.
En la Plaza de Mayo y frente al Congreso, lo único que demuestra que en Argentina hay elecciones son unos pocos quioscos del oficialista Frente Para la Victoria.
Los jóvenes militantes de la agrupación La Cámpora reparten la propaganda de las listas que apoyan a Scioli. Los apurados transeúntes, con desgano, toman los papeles y siguen su camino. Son muy pocos los que se detienen a hablar con ellos.
Sobre la Calle Corrientes, al mediodía, aprovechando que el movimiento de gente es mayor, y sin mucho destaque, dos militantes de la candidatura de Macri distribuyen listas
Parece que la no campaña, está en otros lados. En las redes sociales, en los medios, en los estudios de televisión por donde desfilan los políticos, asesores y posibles futuros ministros o jerarcas de los candidatos de turno.
El periodista Nelson Castro que recibió a Código País poco antes de salir al aire con su programa El Juego Limpio explica las razones de la apatía electoral. El editor de política del diario Clarín Eduardo Paladini suma otras razones.
Falta poco y a pesar de la grisura de la campaña, igualmente muchos porteños ya tienen decido el voto y, por lo menos en el microcentro, las preferencias se reparten entre Scioli y Macri.
Entre los periodistas políticos se especula sobre cuál será el papel de la actual presidenta Cristina Fernández una vez que deje la Casa Rosada.
De lo que nadie duda es que, más allá de quién gane, en la Casa Rosada habrá un nuevo talante en el relacionamiento con los medios y también con los gobiernos vecinos.
