Desde aquel resultado electoral, el gobierno militar comenzó su proceso de deterioro.
El triunfo del NO fue la primera bofetada al gobierno militar que desde 1973 se había instalado en el país y que pretendía impulsar una reforma constitucional que tenía como objetivo institucionalizar su presencia en el poder. En aquellos días los uruguayos que asistían a las urnas habían resistido una tremenda propaganda impulsada desde el poder, para respaldar la opción del SÍ a favor de la reforma.
El NO se las ingeniaba para hacer propaganda clandestina o encubierta a través de reuniones en casas de familias o en algunos actos de los partidos que en ese momento estaban proscritos. Pero sin duda el hecho decisivo de aquella campaña desigual fue el debate televisivo en el que participaron Néstor Bolentini y Héctor Viana Reyes por el SÍ y Enrique Tarigo y Eduardo Pons Etcheverry por el NO.
