Estudio liderado desde Uruguay ayuda a entender casos graves de Covid-19 y seleccionar mejores terapias

La proteína llamada Torid podría ser un actor clave en evitar la enfermedad grave, porque afecta un mecanismo vinculado a la capacidad de los linfocitos T de atacar al virus.

Cada vez que nos enfermamos, en nuestros cuerpos se desata una batalla a nivel microscópico. En una esquina del ring hay un virus o un tumor canceroso, por ejemplo, y del otro lado están nuestras células inmunitarias, como los linfocitos T.

Cada batalla contra una enfermedad es única, pero los científicos constantemente están cruzando datos para hallar algunas respuestas difíciles de encontrar.

De esta forma fue que investigadores del Institut Pasteur de Montevideo y la Universidad de la República -en colaboración con expertos de Brasil y Francia- aplicaron conocimientos del estudio del cáncer a las terapias contra la infección por covid-19.

Los hallazgos de esta investigación, que fueron publicados en el último número de la revista Science Advances, ayudan a dar un paso más para entender mejor los mecanismos por los que algunas personas desarrollan una enfermedad grave. Lo que proponen es una nueva forma de reforzar las defensas en los pacientes con Covid-19 grave y avanzan en la identificación de un potencial tratamiento para esos casos. Veamos cómo empezó todo.

Nos preguntamos cómo estaba el sistema inmune, nuestras defensas, en esta enfermedad la Covid-19, porque se sabía hasta el momento que los linfocitos T, que son como los "soldados" del sistema inmune, estaban debilitados en la enfermedad grave, pero no se sabía muy bien por qué.

Lo que los investigadores observaron fue que en los pacientes con Covid-19 graves, hay una inflamación muy, muy aumentada. Esa inflamación lleva a que los linfocitos T, nuestros soldados, entren en un estado que se conoce como “agotado”.

Qué es esto del estado agotado. Los linfocitos T no pueden responder bien y no pueden, por ende, eliminar las células infectadas. Es decir, tienen respuestas más debilitadas para eliminar el virus.

Este mismo estado de agotamiento de los linfocitos T se observó también en pacientes con cáncer. Resulta que cuando esto sucede, a los pacientes con esta enfermedad se les administra una droga -llamada anti-PD1- que revitaliza los linfocitos. De esta forma las defensas se reactivan y pueden cumplir su función.

Lo que vimos en particular es que esta misma droga que se usaba para revitalizar a estos soldados del sistema inmune en cáncer, podía usarse también en la infección por covid-19, en particular en los casos graves.

Detrás de esta respuesta hay una proteína llamada Torid. Su función es controlar la inflamación que aparece cuando estamos enfermos y de esa manera evitar el agotamiento de los linfocitos T, lo que lleva a una mejor respuesta contra el virus.

Esta proteína, dicen los investigadores, podría ser un actor clave en evitar la enfermedad grave, porque afecta un mecanismo vinculado a la capacidad de los linfocitos T de atacar al virus. Por ende, puede propiciar el desarrollo de una enfermedad grave.

Teniendo todo esto en cuenta cabe preguntarse, ¿por qué no utilizar este mismo medicamento que se usa en el cáncer, pero con casos graves de Covid? Los científicos lo aplicaron en experimentos in vitro con linfocitos T de pacientes graves y se observó que la droga ayudó a recuperar el nivel de actividad de los linfocitos T, por ende a fortalecer las defensas y así tener más chances de curarse. Pero si bien los resultados son alentadores, todavía hay camino que recorrer.

Todo lo que nosotros hicimos fue lo que se conoce como la fase pre clínica. De ninguna manera eso puede usarse ya en pacientes. Necesita toda una validación clínica y mucha más investigación para poder validarlo.

Eso sí, ya estamos más cerca.


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