La crisis de la arena es una emergencia ambiental envuelta en mafias y crímenes a la naturaleza

La arena se roba de las playas en lugares desprotegidos y luego se coloca en el mercado internacional de la misma forma que se hace con los animales salvajes.

Desde el hormigón de una carretera, pasando por los vitrales de las catedrales, las lentes de un telescopio espacial y hasta llegar a los teléfonos inteligentes. Hoy los humanos usamos la arena de alguna u otra forma para casi todos los procesos industriales.

Entonces era cuestión de tiempo antes de que el consumo voraz de esta materia prima natural comenzara a generar problemas no solo para el medio ambiente sino también para su regulación y extracción segura para los humanos.

Pero empecemos por el principio. La arena se origina gracias a la erosión de las rocas, que da como resultado pequeñísimos fragmentos más que nada de cuarzo. Para la construcción lo ideal es utilizar arena erosionada por el agua ya que obtiene una forma irregular, se aglutina bien y es ideal para el hormigón. Pero, según detalla el portal especializado OpenMind, también puede ser un problema: “la arena marina contiene sal, que si no se lava puede corroer las barras de refuerzo metálicas. Se cree que el hormigón de mala calidad, contaminado con sal, facilitó el derrumbe de multitud de edificios en el devastador terremoto de Haití de 2010”.

Por su parte, la arena del desierto es generada por la erosión del viento. Pero son granos lisos que no se unen bien por lo que no se pueden utilizar para hormigón. Tanto es así que para la construcción de Dubai, una ciudad enclavada en el desierto, se tuvo que importar arena de Australia.

Esta lógica generó que la extracción de arena se transformara en un negocio millonario con hasta participación del crimen organizado. Según recoge OpenMind, el periodista de investigación Vince Beiser, que hasta publicó un libro al respecto, dijo lo siguiente en una charla TED: “La demanda de arena es tan intensa en algunos lugares que las bandas de criminales organizados se apoderaron del comercio. Asesinaron literalmente a cientos de personas en los últimos años por la arena”.

La arena se roba de las playas en lugares desprotegidos y luego se coloca en el mercado internacional de la misma forma que se hace con los animales salvajes.

Todo esto tiene un precio medioambiental difícil de calcular por el gran papel que tiene este mercado negro a la interna de la industria. Lo que la ciencia sí sabe es que las reservas de arena para uso industrial están más que nada en el fondo de ríos, lagos y hasta del océano. Entonces, al extraer la arena, se arrasa con todo lo que vive en ella. Peces, huevos, tortugas, cocodrilos, todo es destruido durante la extracción.

Un informe publicado este año en la revista One Earth afirma que “la degradación de los ecosistemas asociada a la extracción de arena amenaza a especies y ecosistemas como los humedales, los ríos, las dunas costeras o las praderas marinas”. Esto también tiene consecuencias para los humanos porque el movimiento indiscriminado de arenas aumenta la frecuencia de inundaciones y causa daños en infraestructuras como los puentes.

El periodista Neil Larsen señala en uno de sus artículos sobre el tema que “en la actualidad no existen convenios internacionales que regulen la extracción, el uso y el comercio de la arena”. Y que “a pesar de ser un problema global con importantes implicaciones sociopolíticas, económicas y medioambientales, no ha atraído la atención que merece”.

Los datos

El consumo mundial de arena es de 50.000 millones de toneladas. Esto serviría para construir un muro de 27 metros de alto y 27 metros de ancho alrededor del planeta entero. Esta cifra es aproximada y se extrae de un informe de Naciones Unidas para el Medioambiente a partir de la producción de hormigón.

Los países más consumidores de arena son China, Estados Unidos, Singapur, España y Alemania.

Se estima que el mundo está construyendo el equivalente a ocho o diez ciudades del tamaño de Nueva York cada año. Solo China consume la mitad del suministro mundial de hormigón y entre 2011 y 2014 utilizó más hormigón que Estados Unidos en todo el siglo XX.

El 70% de la arena en el mundo es de cuarzo y no se renueva. Es un proceso lento y una vez que se utiliza no se puede volver a usar. Esta industria está destruyendo hábitats, contaminando ríos y erosionando las playas.

Al mismo tiempo, la industria está envuelta en una mafia internacional en países como Italia e India. En India la extracción de arena es la actividad delictiva más organizada de todas.

 


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