Los sinuosos caminos que recorre el cerebro para entender el arte abstracto

La corteza del cerebro se activa y primero se fija en los colores, las sombras, las formas y las cosas que le llaman la atención. Luego el cerebro activa la parte cognitiva, la que intenta buscar una explicación.

El cerebro sigue siendo un gran misterio para la ciencia y la medicina. Es muchas veces impredecible y cada uno funciona y reacciona de manera diferente.

Sin embargo, hay algunos consensos más o menos generales. Los tonos rojizos evocan calor, por eso pintamos la sangre o el fuego de esos colores. Pero el azul, por ejemplo, es frío y ligero, y de esta forma lo usamos para pintar agua o lluvia.

Un estudio publicado en la revista científica Plos One demuestra que estas asociaciones artísticas son universales. Lo mismo sucede cuando tenemos que ilustrar la felicidad o la tristeza.

Pero una nota publicada en El País de España, advierte “las divergencias aparecen a la hora de distinguir entre liso y rugoso, masculino o femenino, suave o rígido, agresivo o tranquilo, por ejemplo”. Por eso, el arte abstracto puede tener múltiples interpretaciones, porque cada cerebro lee las obras de diferente manera.

Lo que más llamó la atención de los investigadores es que el estudio derriba el mito de que para entender el arte, hay que saber mucho sobre el tema. “El hecho de que no exista diferencia entre ser expertos en arte o no, es lo más bonito de este estudio. Siempre se creyó que el arte los disfrutamos más cuando tenemos conocimientos, pero aquí queda demostrado que no", explica uno de los autores de la investigación.

Los científicos aseguran que cuando el cerebro se enfrenta a una obra de arte abstracta, mucho de la interpretación y la lectura tiene que ver con el estado de ánimo de la persona. “El cerebro no reacciona igual si la persona va sola, si está acompañada y por quién, si ha tenido un buen día o no”, detalla El País.

“Diferentes personas dirigen la mirada a diferentes partes de una obra en diferente orden, pero también la misma persona en función de su estado mental va a observar la misma escena de manera distinta. Según lo que el observador se está preguntando, la forma en la que analiza la imagen varía”, relató otro de los autores.


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