Sin embargo, las cifras del Banco Central indican que hubo recesión.
La recesión técnica se da cuando dos trimestres consecutivos son negativos. En el cuatro trimestre respecto al tercer trimestre y en el tercer trimestre versus el segundo el dato fue de menos 0,1 %.
Tengamos en cuenta que son cifras preliminares, podrían ser ajustadas en un futuro, así que vamos a quedarnos con esta idea: la economía en 2018 creció en la primera mitad del año y se estancó en la segunda: no hubo crecimiento.
Y si se comparan los últimos tres meses de 2018 con el mismo período de 2017, la economía creció poquito y menos que el año previo: un 0,6%.
Agricultura y ganadería aumentaron un 5,7 %, las industrias manufactureras un 1,9 % (gracias a Ancap), el suministro eléctrico un 2,2 %, la construcción bajó un 2,8 % (ante una menor inversión en ladrillos, principalmente edificios), el comercio cayó un 1,3 % (por menos ventas de autos y menos actividad en restaurantes y hoteles), y el sector transporte y comunicaciones subió un 6,8 % (por la venta de internet).
El consumo final (de hogares y gobierno) subió un 1,4 % (pero es menor al desempeño de años previos por un menor empleo y un menor consumo), las inversiones cayeron un 2,7 % (especialmente la privada), las exportaciones bajaron un 4,8 % y las importaciones un 2 %.
¿Hay crisis? No, pero los datos no son buenos. ¿Argentina nos afectó? sí y mucho. ¿Va a ser igual 2019? Mucho depende de lo que pase con la obra del Ferrocarril Central y la planta de UPM. Uruguay, hoy, requiere este tipo de inyecciones para seguir creciendo y una región con un poco de estabilidad.