El terremoto que azotó la región de la capital Katmandú y sus réplicas han dejado miles de heridos y la situación está desbordando la capacidad de respuesta de la ciudad.
En Nepal, el terremoto descomunal que azotó las cercanías de la capital Katmandú y sus réplicas interminables han dejado los hospitales abarrotados, con falta de agua potable, comida y energía. El temor de que se desencadenen enfermedades entre los heridos es muy alto y los médicos trabajan sin descanso, por más que siguen recibiendo lesionados.
Médicos israelíes han llegado a la nación himalaya para colaborar, pero la situación es alarmante: Shredhar Arya, un cirujano nepalí del hospital de Bir en Katmandú, aclaró que todavía no es insalvable, pero que si siguen llegando heridos se quedarán sin camas para operar.
La ayuda internacional está llegando; la Cruz Roja reparte paquetes entre 20.000 familias y Estados Unidos elevó a 10 millones de dólares la ayuda que enviará para apoyar a los nepalíes, pero todavía el panorama es negro.
