Esto dice la sentencia que absolvió a "El Cachila": todos los argumentos que lo desvinculan del crimen de Lola Chomnalez

Antel no reportó movimientos de su celular en Rocha en los días del crimen y pericias policiales lo ubican en Rivera.

El juez Juan Giménez absolvió a Ángel Moreira, conocido como "El Cachila", del delito de encubrimiento por el que fue procesado en 2019 en el caso de Lola Chomnalez, la adolescente argentina asesinada en Valizas (Rocha) en 2014.

Según la sentencia a la que accedió Telemundo, uno de los principales argumentos del juez es que no queda probado que el procesado hubiese estado en la escena del crimen.

Antel no reportó movimientos del celular de Cachila en el departamento de Rocha entre el 26 y el 31 de diciembre de 2014, fecha en que desapareció Lola y fue encontrado su cuerpo. El oficio entregado a la Unidad de Análisis de Hechos Complejos de la Jefatura habla en cambio de que Ángel Moreira estuvo en esa fecha en Rivera. Además, el condenado había realizado varios giros en un local de cobranzas los días siguientes y ninguno había sido efectuado en Rocha.

Varios cuidachoches de Barra de Valizas de la época no lo conocían ni lo ubicaban en la playa en la época del homicidio.

El juez Giménez sostiene que solo la declaración de Cachila lo ubica en la escena del crimen. Su abogado indica que "agentes operadores jurídicos y gente cercana a él, o que se le acercaba, le decían que si se autoincriminaba podía tener una mejor pena en el resultado final del juicio".

La sentencia añade que el hombre que pasó tres años en prisión declaró en primera instancia que la joven al momento del asesinato vestía un pantalón oscuro y portaba una mochila negra, pero Lola tenía un short claro cuando fue asesinada y llevaba una mochila fucsia.

Según el texto, Cachila declara esta vestimenta porque le habían mostrado la fotografía de la joven arribando en ómnibus a la terminal de Barra de Valizas con esta ropa. Solo cuando le mostraron la foto del cuerpo de la víctima con otra vestimenta el hombre cambió su versión.

Además sostiene que la mochila negra aludía en realidad al estuche de un ukelele que la joven portaba en la terminal, pero que nunca estuvo en la playa de Barra de Valizas.

También sostuvo que la encontró a dos metros del agua, lo que se opone al lugar del hallazgo del cuerpo.

El juez Giménez agregó que Moreira declaró haber hablado con la adolescente por una hora, pero esto no coincide con la personalidad de Lola, según la descripción de sus padres, que la definen como distante con desconocidos.

A su vez, Cachila dijo que Lola le regaló un cigarrillo marca Nevada o Coronado, cuando los padres no mencionaron que su hija fumara, y menos cigarrillos uruguayos.

Por último, el juez sentencia que la conducta de Moreira no encuadra dentro del delito por el que fue condenado: encubrimiento. Sostiene que no existen pruebas de que Moreira desplegara una conducta que entorpeciera las investigaciones y que permitieran al autor del asesinato apartarse de la persecución penal o eludir el castigo.

El condenado por el homicidio, David Sena, dijo que no lo conoce y tampoco lo reconoció entre las fotografías que le exhibieron.

El juez concluye que no existen dudas de la ausencia de pruebas que permitan concluir que Moreira fuera culpable de encubrimiento y por tanto decidió absolverlo.


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