Falleció el exdirector nacional de Policía, Julio Guarteche

Guarteche se había alejado de su cargo porque padecía una dura enfermedad; entre otros, lideró el caso de Milvana Salomone.

Guarteche había dejado el cargo por sus problemas de salud. Desde el año 2010 trabajaba con el Ministerio del Interior y fue la cabeza de las reformas implementadas en la Policía. El ministro Eduardo Bonomi afirmó que fue un hombre clave para ejecutar cambios y articular las ideas del mando político con los policiales.

En un mensaje difundido en las últimas horas, Bonomi destacó también que fue una figura clave en la lucha contra la corrupción en la interna.

Luego del período de gobierno de José Mujica, la administración de Tabaré Vázquez lo convenció para que siguiera al frente de la Policía Nacional, hasta que se fue por su enfermedad.

Antes dirigió la Brigada Antidrogas, y formó un equipo que hoy ocupa altos cargos a nivel policial, como su sucesor Mario Layera.

Advirtió durante varios años de las nuevas modalidades que estaban tomando los criminales, con base en la influencia de los grupos internacionales. Comandó operativos, en los que se desmantelaron organizaciones de narcotraficantes que estaban operando en Uruguay.

El Ministerio del Interior lo había llamado en algún acto público el "primer policía". Según Bonomi, dejó enseñanzas que seguirán guiando el trabajo del Ministerio y de la Policía.

Comunicado del Ministerio del Interior:

En cuatro décadas de carrera, desempeñó las más altas responsabilidades en la fuerza siendo uno de los principales responsables de las transformaciones producidas y que hoy son una realidad en la Nueva Policía uruguaya.

A partir del año 2010, formó equipo junto al ministro Bonomi, integrando el Gabinete de la cartera, compartiendo cada día -junto a las autoridades políticas- la difícil tarea de administrar y reformar a la Policía Nacional, haciéndola más profesional y digna.

Precedido por su actuación al frente de la Brigada Antidrogas (Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas), asumió con responsabilidad y compromiso la nueva función. Al intangible acervo personal que cultivó en sus 40 años de servicio, sumó percepción e instinto para formar un conjunto de profesionales de alta dedicación, comprometidos con la imperiosa tarea de reformar la Policía Nacional. Casi todos ellos ocupan hoy cargos de altísima responsabilidad y constituyen su mejor legado.

Conocedor como pocos de la realidad del crimen internacional, supo adelantarse a los hechos para forjar los cambios imprescindibles que permitieran afrontar los desafíos para combatir a una delincuencia que llevaba años de ventaja. No descansó un instante en esa función y hoy la Policía Nacional le debe muchos de los cambios operados en ella y que la colocan a la vanguardia regional en capacitación, equipamiento e ingreso de sus funcionarios.

Hoy se fue uno de los mejores profesionales que supo tener esta institución, un adelantado al que le desvelaba la permanente profesionalización de los efectivos, la mejora de su equipamiento, la adquisición de nuevas tecnologías y la dignificación de la función policial.

Lideró la eliminación del Servicio 222, al que consideró una de las causas del deterioro de nuestra seguridad y de la propia función policial que cedía espacio a los servicios extraordinarios en detrimento de la seguridad pública de todos los uruguayos. A ese primer gran cambio siguieron otros que supo acompañar y apropiarse para derramarlos a todos y cada uno de los efectivos policiales, a sabiendas que era lo mejor para ellos, para la Policía Nacional y para la sociedad uruguaya.

Hoy se fue el "Primer Policía", como supo definirlo el ministro Bonomi en su momento, para resumir en él la figura de la Nueva Policía que estaba naciendo.


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