Los responsables de UPM explicaron que la empresa se guía por los parámetros de la Unión Europea en materia ambiental.
La Dirección Nacional de Medio Ambiente debe resolver si otorga a la finlandesa UPM la autorización ambiental previa para que continúe con el proceso de negociación con vistas a la instalación de una planta en Durazno. Se trata de una primera etapa del estudio que consiste en la descripción del proyecto. Allí se indica que la planta tendría una capacidad de producción de pasta de celulosa de 2,1 millones de toneladas por año, que podría aumentar hasta un 11 %. Para esto, necesitaría acceder a un área forestada de entre 180 y 310 mil hectáreas para abastecerse.
Según datos del estudio a los que accedió La Diaria, la instalación de la planta implicaría además el uso de 48,3 millones de metros cúbicos de agua por año, y emitirá 106 metros cúbicos por día de efluentes tratados que se volcarán al Río Negro. Los responsables de UPM explicaron que la empresa se guía por los parámetros de la Unión Europea en materia ambiental. También está considerado en el estudio el impacto de tránsito y de crecimiento de la población que generaría el proyecto, y las medidas de mitigación que propone la empresa.
Según el informe, la planta tendrá también impacto en la calidad del aire y del agua. Este último es el más significativo, aunque esto no quiere decir que el impacto no sea admisible, sino que es el más relevante para su estudio y evaluación.
