La estructura quedó torcida e inhabilitada por un corrimiento de la losa de 1,30 metros.
Pocos días después se habilitó el paso a pie en pequeños grupos. Una lancha atendió casos de emergencia y también botes neumáticos. Se descartó colocar un puente flotante del Ejército porque no tenía la longitud adecuada.
Se aplicó un plan de prevención de contaminación y los buzos inspeccionaron por dentro los barcos. Se estableció el plan para retirarlos con una grúa pórtico y lingas de más de cien metros. Si eso fracasaba, se debería recurrir a desguazarlos en el lugar. Eso no fue necesario. Los barcos de más de 300 toneladas cada uno fueron retirados uno a uno.
Mediante maniobras combinadas se niveló cada embarcación, se hizo el achique de las bodegas que estaban bajo el agua con la ayuda de bombas y, terminado el reflotamiento, fueron remolcados.
El puente comenzó entonces a ser reparado, mientras el Ministerio de Transporte pidió el embargo de los dueños del astillero y de los barcos para cubrir los gastos ocasionados por el choque de diciembre.
Este viernes 22 de febrero por la tarde se reinaugura el puente.
