El secretario nacional de Deporte dijo que algunos proyectos señalan una demolición casi total del estadio, aunque otros proponen mantener la estructura.
La posibilidad de que Uruguay sea sede del Mundial 2030 junto a Argentina y Paraguay cobra fuerza y comienzan a manejarse las diferentes tareas que el país debería encarar si la propuesta se concreta.
Así, uno de los temas sobre la mesa tiene que ver con los estadios que posee el país para recibir los diferentes encuentros futbolísticos. En este sentido, se prevé que Uruguay reciba dos sedes mundialistas. Y una de ellas sería el Estadio Centenario, un espacio que se ha congelado en la historia y que enfrenta importantes desafíos si desea recibir espectáculos de nivel mundialista.
Abordamos el tema junto al secretario nacional de Deporte, Fernando Cáceres.
Demolición parece una palabra un poco extrema, quizás por algún titular demasiado fuerte. El Estadio Centenario es una construcción antigua que es un orgullo, es el testimonio del mejor fútbol del mundo de comienzos del siglo pasado.
El Centenario fue construido en épocas donde la industria del espectáculo era sensiblemente diferente a lo que es hoy. Ha quedado obsoleto y anacrónico a la hora de cumplir con un espectáculo futbolístico moderno.
El estadio merece una revisión profunda, obtengamos o no obtengamos la sede del Mundial.
Están todas las alternativas abiertas. Si uno tiene que clasificar los proyectos que se han ido presentando, los podemos clasificar en dos. Unos intentan respetar el porcentaje más alto de la estructura actual. Otros destacan e intentan rescatar los espacios de valor patrimonial e histórico, como la Torre de los Homenajes, pero pretenden sustituir el resto de la estructura por una nueva.
El Estadio Centenario es lo único seguro para una sede en Uruguay. Una sede seguro será en Montevideo. Lo deseable es que el interior del país también se vea beneficiado con un estadio. Las opciones no son muchos, pero se puede especular.
