Apenas terminó la conferencia se acercó a la mesa donde estaban los ministros Rossi y Astori, y el prosecretario de la Presidencia, Juan Andrés Roballo, para increparlos por las concesiones a la empresa UPM para la construcción de su segunda planta de celulosa en el país.
Los ministros, el prosecretario, y representantes del concesionario Grupo Vía Central acababan de anunciar la firma del contrato para la construcción del Ferrocarril Central, la vía férrea que unirá Paso de los Toros con Montevideo, y servirá para transportar la producción de UPM, en caso de que la empresa concrete la instalación de su segunda planta.
Una vez que terminó la conferencia un hombre se acercó hacia donde estaban las autoridades y comenzó a increparlos por permitir que UPM instalara una segunda planta en Uruguay.
Cuando finalmente se alejó, dijo que era un “ciudadano”, que sin “banca de nadie” y motivado por “el amor al país”, había ido al Ministerio para quejarse ante las autoridades por “entregar la soberanía uruguaya” a una multinacional.
Sin embargo, no era un perfecto desconocido. Se llama Marcelo Hospitale, integra el colectivo “Al costado de la vía” (contrario al proyecto Ferrocarril Central), y es recordado como “el tupita con iphone”.
Así lo llamó el dirigente blanco Sebastián da Silva en el año 2015, después de que Hospitale fuese procesado y condenado por los incidentes tras una ocupación de las oficinas del Codicen y de ANEP, en el centro del Montevideo.
Este viernes, después de este episodio en el Ministerio, el candidato del Partido Verde Animalista, Gustavo Salle, destacó la “heroica y patriótica actitud de resistencia” de Hospitale, a quien también se refirió como un “valiente militante” de su partido.
