"Me parece lamentable que se involucren grupos de presión y del Gobierno", dijo Walter Pritsch.
El miércoles pasado, la Justicia de España decidió archivar la causa que investigaba al padre de la niña como autor de abuso sexual y violencia doméstica contra su hija: señaló que no había pruebas justificadas de esas acusaciones. Además, tomó acciones para que cuanto antes se comience con las visitas padre-hija.
Walter Pritsch fue el defensor de oficio de la niña en Uruguay mientras se analizaba el proceso de restitución: lo fue hasta que la defensa de la madre presentó un recurso de revisión ante la Suprema Corte de Justicia, cuestionando su accionar.
“Tengo la tranquilidad de que se ha dado un resultado que era el que toda la Justicia uruguaya planteó en su momento, que fue como yo vi el asunto como defensor de la menor. Así también lo vio la juez y el Tribunal de Apelaciones. Y cuando se pretendió atacar mi actividad como defensor de la menor, sembrando dudas sobre mi actuación y me ética, la Corte se expidió rotundamente, con cinco ministros a cero, y hasta condenó a los abogados de la otra parte por su actitud desleal.
El caso va a España y la Justicia española falla en forma contundente, pero no solo al juez, sino que también el informe fiscal fue en el mismo sentido. Y los informes periciales, que en este caso sí son completos porque acá se tuvo a las dos partes frente a frente, más la menor. Todo coincidió con la posición que nosotros tuvimos en Uruguay”.
El abogado se refirió al papel que jugaron organizaciones feministas y organismos del Estado.
“Me parece lamentable que se involucren grupos de presión y del Gobierno. Pusieron todos los medios a su disposición para una causa que finalmente era falsa. Me parece lamentable.
Los grupos de presión seguirán existiendo y seguirán ejerciendo su presión. Todo esto coincidió con la presión que se estaba ejerciendo para votar la Ley de Género, que se votó en diciembre. Era todo un contexto complicado. Se utilizó este caso como bandera para este tema”.
