Pese a que en la audiencia dijo que fue accidental, se probó que se trató de un homicidio.
Alejandro Rodríguez, de 40 años, había sido detenido en la mañana del miércoles en el predio del parque Santa Teresa, en Rocha.
Un soldado que cumplía tareas de limpieza en la fortaleza lo vio y lo reconoció.
Avisó a sus superiores y llamaron a la policía, que ya estaba en la zona porque había logrado ubicar al prófugo con el cruzamiento de datos de antenas de telefonía celular.
Lo persiguieron por la costa y por los bosques hasta que finalmente lograron detenerlo.
Tras la imputación de dos mujeres y un hombre en el día anterior, por colaborar y encubrir el homicidio de Cristina Jones, le tocó el turno a Rodríguez de comparecer ante la fiscal Sandra Fleitas.
Si bien dijo que la mujer se cayó del segundo piso de su casa de Punta del Diablo y se golpeó con una maceta, la evidencia muestra que el cuerpo hallado enterrado tenía todavía el cable de electricidad con el que la estrangularon.
Jones estaba desaparecido desde junio del año pasado, y Rodríguez se había presentado ante los hijos de la mujer como el casero. Les mintió que ella se había ido a Punta del Este, y luego cambió la versión y les dijo que había viajado a Paysandú.
Pericias financieras y el hallazgo del cuerpo precipitaron el caso, y a la una y media de la madrugada de este jueves la jueza María José Camacho hizo lugar al pedido de la fiscal.
Le imputó al hombre un delito de homicidio muy especialmente agravado, por ser autor material del cirmen, y dictó prisión preventiva por 180 días.
