Admitió haber participado de la extorsión para que varias familias abandonaran sus casas.
Tiene 18 años y forma parte de la banda que desalojó mediante amenazas a casi doscientas personas de más de sesenta apartamentos de la Unidad Misiones, más conocida como Los Palomares. Declaró en la causa que las personas expulsadas tenían algún vínculo con su banda rival, la de los Camalas.
Las víctimas tuvieron que abandonar sus casas con la ropa que tenían puesta e inmediatamente los delincuentes las ocuparon. En algunos casos las vendieron por cifras que van de 40 a 80 mil pesos. En otros las alquilaron o las utilizaron para guardar armas, drogas y objetos robados.
En su investigación el fiscal advirtió que fue tan grave la situación que escuelas públicas del barrio sufrieron una deserción masiva de niños de hasta un 60%. Esto ocurrió en parte por las familias que fueron obligadas a mudarse, y en parte porque muchos padres tenían miedo de enviar a sus hijos a clase. Algunas escuelas adelantaron el cierre de cursos.
El hombre admitió haber participado en las amenazas y fue condenado a cuatro años y un mes de penitenciaría por un delito continuado de extorsión. No se le aplicó la máxima de diez años por ser primario y porque confesó el crimen.
