¿Los uruguayos tienen hábito de ahorrar dinero?

Un estudio observó la conducta de ahorro de los uruguayos y la percepción que tienen sobre su capacidad de ahorrar.

Cátedra Sura y la Universidad Católica se propusieron estudiar la conducta de los uruguayos con su salario y qué percepciones tienen sobre su capacidad de ahorro que, como dicen por ahí, es la base de la fortuna.

¿Su salario le permite cubrir sus necesidades?, fue la primera pregunta y los uruguayos respondieron de esta forma:

No me alcanza, tengo dificultades: 2 de cada 10 personas
No me alcanza, tengo grandes dificultades: casi 1 de cada 10
Me alcanza justo: 5 de cada 10
Me alcanza bien, puedo ahorrar: 1,5 de cada 10.

Cuando específicamente se les preguntó sobre su capacidad de ahorro en el último mes, el 72% no ahorró y el 28% ahorró. Esta misma pregunta, aplicada al último trimestre, mostró el mínimo histórico.

Ahora, ¿realmente ahorra el uruguayo? Resulta que cuando se le preguntó que hacía con el dinero que sobraba, que efectivamente podía ahorrar, los consultados pusieron estos ejemplos: pagar deudas, prestar a terceros, comprarse cosas, gastar en comida o artículos. Es decir, una elevada parte de ese “ahorro” se gastará en breve. Y eso no es ahorro, entendido como ese dinero que no se va a tocar y que se va a guardar;  hasta inclusive invertir para generar un valor extra.

Al preguntar ¿qué debería pasar para que usted pueda ahorrar?, respondieron: la mayoría baja en los precios, aumento de los ingresos, cambio en política económica, mayor confianza en el sistema político, todo ellos factores exógenos, aspectos que no están bajo su control.

Algunos respondieron que sería útil usar instrumentos de ahorro, definir un ahorro obligatorio o descuento obligatorio mensual. Una pequeña parte aseguró que la respuesta es cambiar su esquema de gastos.

Este estudio es una foto interesante, principalmente para entender las conductas y ver qué se puede modificar. ¿Algunos consejos para ahorrar? Establecer un presupuesto donde estén claros nuestros ingresos y egresos, no gastar más de lo que podemos y aún mejor: ponerse una meta realista de ahorro mensual fijo que separemos en cuanto recibimos el sueldo.


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