Hace casi dos años y medio que comenzó el “Caso María”, cuando llegaron a Uruguay madre e hija

Aquí hubo varias instancias judiciales previas a la restitución.

Fue en abril de 2016, cuando la mujer viajó de Vielha, España, donde vivía con su pareja y su hija, de cuatro años, a Uruguay donde está su familia. Viajó con permiso del padre pero no volvió en la fecha acordada.

Al tiempo de estar en Uruguay, la madre relató que detectó en su hija indicios de abuso y maltrato por parte del padre de la niña. Lo acusó de haber abusado sexualmente de la niña y de ser víctimas ambas de violencia doméstica. Denuncia que también hizo a través de los medios de comunicación, haciendo referencia a pericias psicológicas.

El padre reclamó en ese momento la restitución de su hija e inició los trámites judiciales para ello. Jueces de familia, del Tribunal de Apelaciones y ministros de la Suprema Corte de Justicia de Uruguay decidieron que la niña tenía que volver a España para que se dilucidara allá las denuncias que hacía la mujer y que esa restitución debía hacerse cuanto antes porque la niña había sido retenida de forma ilegal en Uruguay.

Cuando se estaba por cumplir la restitución, en octubre del año pasado, la defensa de la madre presentó un cuestionado recurso de revisión del proceso de restitución que dilató aún más el viaje.

Los abogados cuestionaron la posición que había tomado el defensor de oficio de la niña a quien acusaron de colusión en interés con el padre. Sin embargo, ese cuestionamiento fue desestimado por considerar que eran meras conjeturas sin ningún sustento probatorio.

Ya era la última instancia judicial posible en Uruguay, así que en junio se cumplió la restitución y madre e hija viajaron a España. Allí se inició un juicio en donde se hicieron pericias psicológicas a la niña, al padre y a la madre.

Se determinó que: “No existe relato de hechos abusivos” hacia la niña, “por lo tanto no se puede determinar la presencia o ausencia de la situación abusiva denunciada”. Y agregó que “en estos informes queda clara la interferencia materna en el relato de la niña, no mostrando demasiada conciencia del trauma psicológico que puede representar para la niña la repetición del relato, y no preservando ningún detalle” de la relación niña-padre.

Tras el peritaje, la jueza determinó que debe archivarse porque no está debidamente justificado el delito y ordena que se restituya el vínculo padre-hija, además de iniciar una investigación a la madre por presunta denuncia falsa.

El padre dejó de ver a su hija de 4 años en abril de 2016. La volvió a ver cuándo el peritaje psicológico que le hicieron los técnicos. Vio a su hija ya no con cuatro años sino con seis. Llorando, la observó a través de un vidrio durante toda la audiencia.

Ahora, una jueza determinó que podrá volver a tener contacto con ella, de a apoco, con un supervisor en un punto de encuentro, hasta que pueda reconstruirse el vínculo de la niña con su papá.


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